viernes, 21 de octubre de 2011

Temperatura sube cada 5 años

Un estudio determinó las consecuencias de la contaminación en la ciudad; los resultados se anunciaron en un foro

Ayer, se realizó el Primer Foro por la Conservación y la Adaptación al Cambio Climático, en el que se revelaron los resultados de un estudio que, durante siete meses, recogió las consecuencias que se han desarrollado en Guayaquil a partir de la incidencia de la contaminación y el excesivo crecimiento poblacional.

El proyecto estuvo a cargo del Centro Internacional para la Investigación del Fenómeno de El Niño (Ciifen), en conjunto con otras instituciones como el Inocar y el Inamhi.

Entre los principales resultados, se determinó que, en los últimos 50 años, la temperatura promedio de la ciudad ha registrado un aumento que bordea el 1° centígrado, indicando que cada cinco años, ese incremento se ha ubicado en una décima de grado.

Se informó además que el nivel de calentamiento climático detectado está provocando que los inviernos sean irregulares, aumentando el número de días secos.

Este año, por ejemplo, "las lluvias se ausentaron en marzo, cuando normalmente el invierno se inicia, y se concentra en abril", explicó Raúl Mejía, director regional del Inamhi.

Este fenómeno no significa que Guayaquil va a recibir menos cantidad de precipitaciones, sin embargo, el problema radica en que se distribuirán en menos tiempo, y consecuentemente, con más fuerza, dijo Rodney Martínez, coordinador del Ciifen.

Respecto a los efectos provocados por la expansión urbana, la contaminación del Estero Salado constituye el de mayor riesgo.

De sus aguas, se retiran diariamente entre 14 y 15 toneladas de desechos, que son arrojadas no solo por la industria, sino también por los asentamientos informales en sus riberas, e inclusive por ciudadelas residenciales como las ubicadas en la vía a la Costa, se indicó. Ambas zonas fueron calificadas como críticas en cuanto al nivel de contaminación que producen.

A través del estudio, se calculó también que los desechos altamente tóxicos que se encuentran en las profundidades del Estero ocupan una capa de alrededor de 1,5 metros de espesor; se trata especialmente de materia orgánica en descomposición.

"La gente piensa que lo que botan se va al mar, pero la verdad es que puede avanzar unos pocos metros y, luego, se sumerge en el fondo", agregó Martínez.

En tanto, el Ministerio de Ambiente determinó que se necesitarían al menos 10 años para descontaminar este brazo de mar, pero si no se aplica un control de descargas, para 2050, se convertirá en un ente inerte, y en un foco permanente de contaminación, según se enfatizó en el foro.

Pero el agua no es el único elemento que ha sido afectado. Guayaquil ocupa una superficie aproximada de 344,5 km cuadrados; de esa cifra, apenas el 27% está constituido por densa vegetación.

Lo que queda por preservar en la ciudad son 74 mil hectáreas de áreas protegidas, 11 mil hectáreas de bosques protectores y 27 mil hectáreas de manglar, de acuerdo con Jaime Camacho, representante de la organización The Nature Conservancy.

El manglar, agregó, es uno de los más afectados respecto a su conservación, debido a que la ciudad fue levantada sobre sus extensiones, que además de producir oxígeno, son el nicho ecológico de especies terrestres y acuáticas que forman parte de la cadena alimenticia de los guayaquileños, como los peces, la concha y el cangrejo.

Además, su funcionalidad va mucho más allá, porque serviría como una especie de amortiguador, en el caso de que se desarrollase un tsunami en las costas del país.

Mejía agregó que los cambios climáticos producto del daño a la naturaleza son irreversibles, pero si existe la determinación para que no empeoren, es necesario trabajar en el ordenamiento del territorio guayaquileño, en fortalecer la capacidad de respuesta de las instituciones de control ambientales, y sobre todo, coordinar esfuerzos entre la gente, el Municipio y el Gobierno. (DVQ)

Encuentro estuvo dirigido a estudiantes de Guayaquil

El Primer Foro por la Conservación y la Adaptación al Cambio Climático fue dirigido a los estudiantes de colegio, con el afán de invitarlos a convertirse en agentes de cambio e incluirse en la formación de una red que trabaje en pro del medioambiente.

En varias instituciones, como el Instituto Guayaquil, se han iniciado campañas de selección de desechos. Karina Quiroga, una de sus alumnas, manifestó que el programa forma parte "de la construcción del futuro que tendrán las generaciones que siguen", responsabilidad que, dijo, "debe ser imitada no solo en los colegios, sino en las oficinas y en las casas".

En tanto, Samuel Cabrera, del colegio Abdón Calderón, manifestó su preocupación ante lo variable que se ha tornado el clima. "Un día, hace demasiado calor, y al siguiente, hay que dormir bien arropado, y yo creo que eso no es normal", indicó.

"Lo que le está pasando al planeta es por nuestra culpa; lo malo es que no todos se dan cuenta y siguen botando basura o también desperdiciando agua y luz", expresó José Lozada, del colegio San Francisco de Asís.

Datos puntuales

En Guayaquil, la temperatura ha registrado un incremento de alrededor de 1° centígrado.

El estero Salado tiene en sus profundidades aproximadamente 1,5 metros de sedimentos tóxicos.

Diariamente, se extraen del Estero entre 14 y 15 toneladas de desperdicios arrojados por personas e industrias.

La vegetación considerada densa representa el 27% del territorio de Guayaquil.

Esa flora está constituida por 74 mil hectáreas de áreas protegidas, 11 mil hectáreas de bosques protectores y 27 mil hectáreas de manglar.

Fuente:Diario Hoy

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