sábado, 10 de diciembre de 2011

La barriada que creció junto al estero y la iglesia

Foto: Karly Torres
Las villas del barrio Cristo del Consuelo se caracterizaban por
ser de caña, ladrillos y de planta baja. Ahora las viviendas son
de cemento y muchos de sus propietarios han levantado
un segundo piso.
Gabriela Arce / Guayaquil

La falta de servicios básicos y la poca accesibilidad a la transportación pública fueron varios de los inconvenientes que tuvieron los primeros habitantes del reconocido sector de Cristo del Consuelo, ubicado en el suroeste de la ciudad.

Los fundadores, quienes se instalaron en la populosa zona por el año 1960, recuerdan que en aquellos tiempos tenían que caminar más de 11 cuadras para recolectar y abastecerse de agua potable, caso contrario no podían cumplir con las labores domésticas ni para su limpieza personal.

La misma situación ocurría con la movilización, puesto que los moradores tenían que recorrer 13 calles para dirigirse hasta Lizardo García y utilizar la única línea de buses que circulaba cerca: la 11.

Jorge Torres, de 82 años, es uno de los fundadores del barrio Cristo del Consuelo y actual jefe de la parroquia Letamendi. El jubilado, quien se mudó desde las calles Colón y 6 de Marzo, rememoró las penurias que vivían en la barriada.

“Las vías no estaban pavimentadas y era imposible que los carros pudieran ingresar. Todo era arena, piedras, lodo y agua, en invierno. Teníamos que transportarnos en bicicletas, carretas y botes”, expresó.

Gloria Villegas (80), por su parte, recuerda este sector como el sitio adonde, desde muy temprano, llegaban los pescadores por el estero Salado y ofrecían todo tipo de mariscos, además de madera y carbón.

Villegas, exsecretaria del comité barrial, dice que el lugar era súper comercial. En algunas viviendas criaban chivos y chanchos para venderlos a las fondas, mientras que otros procesaban licor.

La exdirigente, quien reside desde hace 60 años, rememoró que gracias a la presencia del brazo de mar, los niños y jóvenes podían distraerse sanamente.

“Los chicos pescaban y se bañaban en el estero. Esto era como un balneario. Ahora todo ha cambiado. Las drogas y la delincuencia se han apoderado de la zona”, resaltó Villegas.

Ante esa realidad, Jorge Abudey (37), actual representante del estadio Ángel María Canales, ubicado en Callejón Octava y la C, señaló que la edificación del complejo ha logrado mermar la criminalidad en el barrio. El coliseo se fundó el 25 de julio de 1990.
Orígenes

El nombre Cristo del Consuelo surgió por la imagen que había en la iglesia del sector, que al principio era pequeña y de caña, hasta que posteriormente la curia del lugar mejoró su infraestructura.

La barriada está ubicada entre las calles Francisco Segura y la E, en sentido norte-sur, y desde Lizardo García hasta la A, de este a oeste. Según los moradores, la zona comenzó a poblarse cuando los sacerdotes donaron villas a personas de escasos recursos económicos, que no tenían dónde vivir.

Luego, en 1968, el exalcalde Assad Bucaram empezó a vender los lotes a 10 sucres el metro cuadrado. Las viviendas eran de una sola planta y fueron construidas de caña y ladrillo.

Bertha Sánchez (82), quien habita en el lugar desde hace más de 40 años, recuerda que al sector llegaron muchos invasores de raza afroecuatoriana, quienes se asentaron al borde del estero Salado y obstruyeron el tradicional balneario.

Sin embargo, con el pasar de los años, los visitantes terminaron ocupando la Calle 8. Ese sitio, al igual que el resto del barrio, es poco concurrido por los ‘extraños’ y transportistas, debido a que se lo considera peligroso.

No obstante, en Viernes Santo, la barriada es visitada por decenas de católicos que participan en la procesión de Cristo del Consuelo.

Fuente: PP El verdadero

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