lunes, 17 de septiembre de 2012

El estero Salado, aún un basural de Guayaquil

El estero Salado, brazo de mar que llega a Guayaquil, continúa siendo el tacho de basura de cientos de empresas y personas que llegan a sus riveras para depositar escombros y otros desechos. Existe un plan para recuperar al estero, aunque no una fecha certera para su finalización.

El mal olor que despide el estero Salado de Guayaquil lleva detrás décadas de contaminación de sus aguas. Situación que no ha cambiado hasta ahora.

200 compañías industriales que descargan sus desechos al estero, según una lista del Ministerio de Ambiente.

Las autoridades municipales y el gobierno han intentado iniciar procesos en contra de los contaminantes, pero sin muchos resultados.

El intento más reciente de salvar al estero del abismo de contaminación y descuido en el que está sumergido, es el proyecto "Guayaquil Ecológico", que incluye su recuperación, la de sus ramales, así como reforestación en otras zonas de la ciudad. El proyecto, del Ministerio de Ambiente cuenta con 73 millones de dólares.

Pero más allá de charlas de concienciación ambiental a los pobladores aledaños y algunas acciones de remediación, el estero Salado continúa en un estado crítico y la industria no ha parado de botar basura en sus riveras.

Los principales contaminadores del estero no son quienes viven en sus bordes. Los más desechos generan agentes extraños al lugar, entre ellos fábricas y personas que botan especialmente, material de construcción.

El estero Salado, elemento emblemático de la ciudad de Guayaquil, continúa cumpliendo el papel de basural y los habitantes de sus riveras, viven aún en medio de la suciedad, sin ser reubicados completamente.

Gabriela Robles

Fuente 

0 comentarios: