jueves, 20 de agosto de 2015

Los vecinos del Salado conviven con los vaivenes diarios de marea

Hace 8 meses, Eugenio Ortiz, morador de la 29
 y Medardo Ángel Silva, rellenó el terreno donde
 se asienta su casa, a orillas del estero Salado.
 
Ángel Aguirre
Eugenio Ortiz vive hace 35 años a orillas del estero Salado, en el sector de las calles 29 y Medardo Ángel Silva, donde en épocas de marea alta el agua ingresa a la parte trasera de la casa, y él debe estar pendiente para evitar que se mojen sus pertenencias, ya sean artefactos eléctricos o ropa.
Cuenta que hace 8 meses rellenó parte del espacio donde se asienta su vivienda y construyó nueve pilares, pues según él, su predio está legalizado. El propósito es asegurarse con una casa de hormigón, en reemplazo de la de caña con puntales de palo de la que aún conserva el área de la cocina.
Con el relleno reciente, dice el hombre, la semana pasada cuando la marea se elevó entre el martes y jueves, el agua ya no ingresó a la casa, pero las calles sí se anegaron. “Antes, con el agua salada del estero se me mojaba la ropa y tenía que lavarla enseguida porque como es agua salada me producía picazón”, recuerda Ortiz, quien vende camarones.
Entre el martes 4 y jueves 6 en la zona costera se registró un ‘oleaje moderado’, según el Instituto Oceanográfico de la Armada (Inocar). Esa semana varias calles del suburbio de Guayaquil se anegaron, debido a las condiciones de marea alta.
Para hoy y mañana, la institución pronostica fuertes oleajes en aguas navegables y la zona costera. De ahí que, los vecinos del Salado consideran que el nivel del estero podría subir al igual que en el transcurso de la semana pasada.
Ellos han aprendido a convivir con las condiciones de la marea. Dicen no sentir temor cuando el nivel del agua sube, pero sí toman precauciones para evitar accidentes.
Blanca Burgos, quien vive en la ribera del estero Salado,
 dice que cuando hay aguaje debe alzar los electrodomésticos.
Jorge Peñafiel

Pilar Macías habita hace 11 años a orillas del estuario, que el Gobierno busca recuperar con un programa integral de limpieza e implementación de malecones en ciertos sectores.
La mujer, moradora de la 19 y El Oro, refiere que cuando hay aguajes o la marea sube por otras incidencias, ella y sus nietos de 9, 8, 6, 5 y 3 años salen a la calle y allí esperan que el nivel del agua baje.
“Nos quedamos conversando con los vecinos, esperamos unas dos horas y regresamos a la casa, el agua no se mete (a la casa), pero por si acaso tomamos precaución”, cita Macías.
En la 29 y la I, los esposos José Coello y Rosa Piguave, señalan que en ese sitio cuando hay aguajes el agua anega hasta dos cuadras, pero que hace 11 años las casas no se ven afectadas porque el sector se rellenó.
“Más bien aquí los niños se ponen contentos, vienen hasta adultos a bañarse al Salado”, expresa Piguave, pues en su zona el estuario no tiene basura.
Dora Solórzano, de la 15 y la Ñ, manifiesta que allí la marea alta tampoco inunda las viviendas, pero sí las calles. La parte trasera de la suya está asentada en el estero y entre las tablas del piso, cubierto con alfombras en gran parte, se ve el agua. (I)
Detalles
Aguaje
Efectos
El Instituto Oceanográfico de la Armada (Inocar) pronostica que los efectos del fuerte oleaje se empezarán a sentir hoy desde temprano, con altura media de 2 m, valor que se incrementará a los 3 m hasta mañana.
En el golfo de Guayaquil
En el golfo las olas estarán con altura media de 0,5 m, y en la región Insular, en las costas abiertas hacia el sur y suroeste de esa zona, la altura media sería de 2,5 m. El oleaje se produce por vientos sobre el Pacífico sur que generan olas que se desplazan a Sudamérica.
Yo vine aquí cuando esto era estero (predio donde se asienta su casa). Cuando yo llegué no había estas casas... de tanto hacer las gestiones y de recoger tierra de desalojo se ha ido rellenando ”.
Gladys Villar,
La 21 y Maracaibo
Fuente: El Universo

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