jueves, 23 de septiembre de 2010

Turismo fluvial emplea a habitantes de Trinitaria


FOTO: PILAR VERA / El Telégrafo
La empresa Isla Tour da trabajo a 22 personas y tiene previsto expandir sus servicios.


Con el apoyo del MIES, 22 personas fundaron Isla Tour que realiza paseos en el Estero Salado.

La pobreza y la falta de servicios básicos en el barrio que habitan no fueron obstáculos para salir adelante. Así lo demostraron 22 microempresarios de la cooperativa Madrigal, ubicada en la isla Trinitaria, en el sur de Guayaquil.

Ellos forman parte de la empresa Isla Tour que ofrece recorridos a los turistas nacionales y extranjeros, a través del Estero Salado, pasando por las Esclusas hasta llegar al Malecón 2000 que bordea el río Guayas.

“Muchos años de mi vida me he dedicado a trasladar personas hasta la otra orilla del río. Antes el negocio no era rentable, pero ahora la situación ha mejorado y estamos sacando adelante a nuestras familias”, dice Mercado Neycan, quien opera en uno de los botes de la empresa fluvial Isla Tour.

Neycan recuerda que hace un año solo trasladaban a las personas desde el muelle de la cooperativa Madrigal hasta la otra orilla (25 y la P) y lo hacía en canoas a remo.

Agrega, emocionado, que ahora por el apoyo del Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) tienen dos nuevas lanchas a motor, que reducen el recorrido de 10 a 5 minutos en la ruta antes mencionada.

“Nunca pensamos que íbamos a trasladar personas a diferentes sitios de Guayaquil, pero ahora esto es una realidad”, añade.

El MIES facilitó a los emprendedores un muelle y dos botes de fibra para que desarrollen esta actividad. El emprendimiento fue financiado por la cartera de Estado con un aporte de 44.458 dólares, por medio del Instituto de Economía Popular y Solidaria, más una contraparte de la Cooperativa De Todas de 8.452 dólares.

La microempresa labora de lunes a domingo, de 05:30 a 23:00, y diariamente traslada 300 personas. El precio es de 0,25 centavos.

Isla Tour, además de trasladar usuarios a la 25 y la P, los sábados y domingos realizan paseos por el Estero Salado. El recorrido turístico se inicia en la cooperativa Madrigal, pasa por la Playita del Guasmo, el Parque Viernes Santo (Fertisa), Base Naval Sur y Trinipuerto. El pasaje tiene un costo de 5 dólares para los adultos y 2,50, niños y ancianos.

El próximo año se extenderá el recorrido hasta el malecón Simón Bolívar, informa Angélica Godoy, administradora de la empresa de turismo fluvial.

“Gracias a nuestro esfuerzo logramos formalizar la actividad de transporte marítimo que realizamos durante 30 años de manera informal. Es por eso que, apoyados con la asesoría de la Cooperativa De Todas y el financiamiento del MIES, hemos logrado consolidar la actividad que dará plazas de trabajo, mejorará el servicio de transporte y es una opción de esparcimiento para las familias de la zona y para quienes deseen disfrutar de un hermoso paseo por el Estero Salado”, dice la emprendedora.

30años llevan los habitantes de la cooperativa Madrigal dedicándose a esta actividad

Rocío Pérez, socia de Isla Tour, asegura que desde que se formalizó la microempresa -hace un año- la cooperativa tomó un impulso y ahora la gente se preocupa más por mejorar sus condiciones de vida y salir de la pobreza.

El subsecretario de Turismo del Litoral, Jorge Macchiavello, expresa que con el objetivo de mejorar el servicio de transporte que ofrece Isla Tour, esta entidad implementará con sus socios el Programa Mi Canoa Turística.

Para que esta asociación dé servicios turísticos de calidad, también se les dará asistencia técnica para desarrollar sus servicios, junto con procesos de capacitación sobre buenas prácticas turísticas, hospitalidad, negocios productivos, administración turística, seguridad a bordo y supervivencia para motoristas fluviales.

“El apoyo que hemos tenido de parte de la cooperativa y de las entidades del Gobierno han sido importantes”.

Angélica Godoy
Administradora de la empresa

“Poco a poco estamos saliendo de la pobreza. El asociarnos fue lo mejor para la comunidad de Madrigal”.
Delia Solís
Socia de la microempresa Isla Tour


Infórmate +

Para más información comunicarse a los teléfonos: (593-4) 2601065-6016850. Celular: 092375009. Dirección: Perimetral Sur, isla Trinitaria-cooperativa Madrigal. E-mail: islatour@hotmail.com.

jueves, 16 de septiembre de 2010

Parque lineal, una opción para recuperar el estero

El objetivo de la obra es frenar las invasiones. La construcción empezó la semana pasada en el sector donde un incendio destruyó 122 viviendas



Foto: Expreso
Inauguración. La entrega de los trabajos está prevista para las fiestas octubrinas. A esta asistiría el presidente Rafael Correa Delgado.


Una pérgola, escalinatas y camineras son algunas de las características del parque lineal que el Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda (Miduvi) construye en Esmeraldas Chiquito.


La obra se levanta a 10 metros de las 122 casas de hormigón que el Gobierno Nacional entregó a los damnificados en el incendio del 20 de noviembre de 2009.


A más de mejorar la calidad de vida de las familias de este sector del sur de la ciudad, con esta infraestructura se busca reducir los asentamientos informales a orillas del estero. Así las familias no exponen sus vidas por el derrumbe de las vetustas casas, como el que ocurrió la semana pasada a dos kilómetros de allí, en la cooperativa Brisas del Salado.



El parque lineal tendrá una extensión de 110 metros, que será el punto de partida para otras fases. En el sitio se sembrarán palmeras, pinos, helechos, entre otra variedad de vegetación.


Las instalaciones tendrán una mezcla de lo natural y moderno, gracias a las áreas verdes y al hormigón.A pocos metros de la pérgola estarán las escalinatas. Aquello permitirá el arribo y salida de las canoas.


El residente de la obra, Alejandro Ortiz, comentó que la fase de esta infraestructura será inaugurada en las festividades octubrinas por el presidente Rafael Correa.


Al momento trabajan en el sitio 8 obreros. Ortiz aseguró que los trabajos se intensificarán la próxima semana y requerirán de más personal.Los moradores expresaron su optimismo por los beneficios que obtendrán con el parque lineal.


“De seguro la gente dejará de invadir el estero y tampoco botará la basura en las orillas”, opinó Walter Navarrete, uno de los beneficiados con las casas que entregó el Gobierno.Su vecina Carmen Pérez comentó que en el barrio se siente un cambio con la llegada de la obra.


La habitante María Moreno espera que luego del parque lineal lleguen otros beneficios a esta comunidad de clase baja, como la pavimentación y una mejor recolección de los desperdicios.


Los moradores también pidieron la construcción de un muro en el ramal.“La gente bota la basura y los delincuentes roban a los pescadores y transeúntes”, denunció un morador que reservó su nombre.
Tomado de El Expreso

jueves, 9 de septiembre de 2010

8 casas se derrumbaron en estero

En Brisas del Salado. Las hermanas Lino Muñiz sacaban las tablas del piso de lo que era una vivienda.







José Sánchez/EL COMERCIO Redacción Guayaquil
guayaquil@elcomercio.com

La casa de las hermanas Lino Muñiz parecía un esqueleto a las 10:00 de ayer. Del inmueble levantado hace tres años, a la orilla del estero Salado, solo quedaba el piso de madera sostenido en palos.

Las paredes de caña ya no estaban, y unos muebles de rayas verdes y amarillas aún quedaban en lo que era la sala del hogar. Unos amigos y familiares ayudaban a moverlos para guardarlos en la casa de uno de los vecinos.

Otros casos

* Hace un año dos casas también se cayeron en la cooperativa Brisas del Salado, junto al estero Salado, en la Isla Trinitaria.
* La noche anterior al sismo del 12 de agosto pasado una casa se cayó en Las Malvinas. En julio de este año otras ocho viviendas se derrumbaron.
* En mayo pasado se anunció la reubicación de más de 5 000 familias que viven en la orilla del estero como parte de un plan de descontaminar el ecosistema.

El panorama era similar a lo largo de una cuadra donde la noche del martes se derrumbaron ocho viviendas de construcción mixta. En la cooperativa Brisas del Salado, en la Isla Trinitaria, en el sur de la ciudad, la novedad ayer en la mañana era la desgracia de estas familias que habían pasado toda la madrugada en la calle.

Las Lino Muñiz, así como Édison Mendoza y Luis Quirumba, rescataban parte de las maderas y cañas de sus casas de las aguas del estero. Otras viviendas estaban inclinadas y a punto de caer. Mientras flotaban ollas, ropa y otros enseres.

Catalina Lino contó que el martes al mediodía, cuando regresó de su trabajo, observó una grieta que atravesaba los terrenos donde se asentaban su casa y las de sus vecinos. La marea había bajado un metro y quedó al descubierto. Aunque desde el 12 de agosto pasado se evidenció la falla física a raíz del temblor de 7,2 grados que se registró en Ecuador.

La preocupación venía desde ese día, pero ayer los tuvo más intranquilos. Por eso las familias del sector entraban y salían a cada rato de sus viviendas para observar la evolución de la grieta. A las 23:30 sintieron un estruendo y que la tierra empezó a deslizarse.

Catalina y su familia salieron de la casa, solo con un bolso de ropa. Y pasaron la noche en la calle.

En la mañana, los afectados deambulaban por el lugar vestidos con lo que tenían la noche de la tragedia. La casa de Noralma Arroyo, de 50 años, no se ha caído por completo. Un pilo de escombros la sostiene aún en la orilla del estero Salado. Vive en el sector hace seis años. “Toda la noche la tierra ha ido cediendo poco a poco”, por eso con ayuda de los vecinos colocó los escombros para que la vivienda no caiga.

Delegados de los ministerios de Salud Pública y Desarrollo Urbano y Vivienda llegaron a las 10:00 para evaluar los daños. A esa hora empezó un censo para conocer el número de damnificados. Aunque la Secretaría de Riesgos calculó que eran 31 personas.

Wilson Tenorio, jefe de Área de Salud #2 Trinitaria, dijo que hasta esa hora no se registraban heridos. Pero se instaló un puesto de auxilio para brindar atención médica. “Vamos a seguir en estado de alerta permanente porque al parecer pueden caer otras casas”.

María Fernanda Reyes, funcionaria de Gestión de Riesgos, informó que existen otras casas en peligro de derrumbarse, aunque no se conoce exactamente el número. La intención es que estas familias salgan de las viviendas y ubicarlas en albergues.

Reyes dijo que los moradores conocen los riesgos de vivir al filo de un estero, por lo tanto podrían prevenir las desgracias no invadiendo estas zonas vulnerables.

Pasado el mediodía las familias afectadas no habían sido ubicadas en albergues. Los vecinos y parientes les ofrecieron comida y algo de ropa.


Testimonio

Jenny Demera, de 39 años.
Antes perdí mi bono y ahora pierdo mi casa


Estaba en la casa con mis tres niños. Ya me iba a dormir y escuché un estruendo horrible. Salí de la casa asustada, corriendo, no pude sacar casi nada. Luego pasamos la noche en la calle.


Yo vivo sola con mis niños y ahora me suspendieron el bono porque hice un préstamo en Hogar de Cristo para hacer mi casa.


Lo pagaba mensual, ya venía pagando casi dos años, este es el último año. Todavía me faltan 180 dólares de pagar y eso es lo que me preocupa.


Además, tampoco tengo el número para comunicarme con ellos para informarles que perdí mi casa y ahora no puedo pagar.


Mi niño es discapacitado y tengo que hacerle la terapia tres veces a la semana. La terapia y la consultan son gratis, pero los remedios tengo que comprarlos y también una férula que le deben poner en el pie. Pero yo le dije al doctor que me esperara porque yo todavía no tengo plata para comprarle.
Tomado de El Comercio Guayaquil | jueves 09/09/2010

jueves, 19 de agosto de 2010

Reubicación de familias que habitan sobre estero Salado solucionará problema social y ambiental en Guayaquil


El ministro de Vivienda, Walter Solís, precisó que el plan es de reubicación, no de desalojo/ MIDUVI

Perspectiva del parque lineal que construirá el MIDUVI en el margen del Estero Salado/ Cortesía

Funcionarios del MIDUVI socializaron el proyecto de reubicación con los moradores. El 98% está de acuerdo en ser trasladado/ MIDUVI



Los niños que habitan sobre el Estero Salado corren un constante riesgo en su salud/Cortesía MIDUVI
por ANDES/AR » 16:17 - 18 agosto 2010  

“Queremos vivir en un lugar seguro, no importa donde sea”, exclamó Cinthya Piguave, una joven de 15 años y embarazada de cuatro meses que perdió su vivienda el pasado viernes tras derrumbarse junto con otras dos casas asentadas a orillas del estero Salado, en la cooperativa Comandante Duro, sector de Las Malvinas, reseñó un diario de la localidad.

Piguave señaló que su familia aceptaría ser reubicada en otro sector. “Queremos que la ayuda llegue lo más rápido”, dijo la adolescente que estaba sentada en las afueras de una de las casas cercanas al derrumbe.


El pasado 20 de noviembre de 2009 un voraz incendio consumió tres manzanas de la cooperativa Esmeraldas Chiquito, zona conformada por viviendas ubicadas al pie del Salado, en el sur oeste de la urbe. El fuego destruyó alrededor de 100 casas, la mayoría de ellas de caña.

Este tipo de tragedias, que se repiten habitualmente en la ciudad de Guayaquil, podría cambiar en los próximos meses.

La reubicación de alrededor de 5.000 familias que habitan desde muchos años atrás al margen del Estero Salado en Guayaquil, promovida por el Gobierno Nacional, a través del Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda (MIDUVI), será una solución integral a este problema social.

Esto se enmarca en el proyecto Guayaquil Ecológico que tiene como objetivo rescatar el brazo de mar. Contempla además la construcción de un parque temático en el sector de Los Samanes y la recuperación de la Isla Santay.

El costo del traslado de los habitantes, en su mayoría personas de escasos recursos económicos, es de 60 millones de dólares que serán asumidos totalmente por el Gobierno, “la única contraparte de quienes habitan allí es salir de la zona de riesgo”, dijo a la Agencia Pública de Noticias, ANDES, el titular del MIDUVI, Walter Solís.


Entre el 10 y 13 de mayo, la entidad estatal realizó una encuesta que evidenció que el 98% de las familias están dispuestas a ser reubicadas.

En la actualidad se tiene firmadas 150 actas de compromiso de los grupos familiares que decidieron reubicarse en el programa Socio Vivienda a partir de diciembre de 2010.

Las viviendas ubicadas a orillas del Salado son construcciones endebles (bloque, madera, caña, zinc) están asentadas en algunos casos sobre precarios rellenos realizados con desechos de construcción, madera y basura.

Además del peligro latente, esto genera una serie de problemas ambientales debido a la descarga de aguas servidas y todo tipo de desechos que son arrojados a las aguas sobre las que estas personas viven y duermen
El plan del régimen, que abarca un periodo desde el 2010 hasta el 2013, contempla además educación ambiental, restauración biológica, fiscalizar y controlar las descargas industriales, fomento de emprendedores de reciclaje, vigilancia y control.

También la construcción de un parque lineal que delimite la zona del estero para evitar nuevos asentamientos ilegales. Posterior a aquello el Ministerio de Ambiente resembrará el manglar con el objeto de que vuelva a ser lo que siempre fue para los guayaquileños: un sitio de esparcimiento y recreación, además de un símbolo de la ciudad.

Reubicación, no desalojo 

En entrevista con ANDES, Solís aclara que lo que se va a hacer es una reubicación no un desalojo como lo ha mencionado el alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, en reiteradas ocasiones.

“Nadie que esté al borde del estero (Salado) va a ser movido por el Municipio. Si el Gobierno quiere meterse en eso, allá el Gobierno y ustedes tendrán que reclamarle al Gobierno”, fue el anuncio que Nebot hizo a los habitantes del sector de la calle Medardo Ángel Silva, entre la 29 y la 32, el pasado 6 de mayo.
Sin embargo, a diferencia de lo que ofrece el Municipio –únicamente la denominada Regeneración Urbana, que no es más que obra de embellecimiento- el Gobierno propone una solución definitiva para la problemática social.

“Las estamos reubicando en una zona segura en la que no van a tener riesgos, recordemos que estas familias viven sobre el agua en construcciones palafíticas (sobre cañas o palos) que deben cambiarla cada tres años porque la madera se pudre y resulta costoso. Además del riesgo de que niños y adultos se caigan al agua porque transitan por puentes o pasarelas que ellos mismos construyen para conectarse de una casita a otra”, dijo el Ministro.

Como parte del plan del Ejecutivo está contemplado también que aparte del Plan Socio Vivienda situado en el sector de las Iguanas, al noroeste de Guayaquil, se los ubique en otros proyectos privados, e incluso en bloques multifamiliares que se construirán cerca de donde habitan actualmente, esto último está atado a la expropiación de terrenos que eventualmente se podrían hacer, explicó Solís.

El programa Socio Vivienda cuenta con casas de 1 planta (con estructura para 2da planta), en un área de vivienda de 40 M2 y un terreno de 90 M2.

Los bloques multifamiliares tienen 4 plantas, con 4 departamentos por planta y un área de departamento de 45 mts2.

Otra de las opciones es la construcción de muelles habitacionales, ubicados en la misma zona, que incluso tendrían proyección turística. /ARC
Fuente: ANDES

viernes, 23 de julio de 2010

El Salado, la otra gran vía de Guayaquil

Juan C. Mestanza. R. Guayaquil
jcmestanza@elcomercio.com
 
Infografía interna
El canto de un pájaro a la distancia y el sonido de una bachata desde una casa se escuchan en el apacible ambiente de la mañana en el suburbio porteño.

Al poco rato se rompe esa quietud. ¡Canoaaaaaaa! es el grito que se escucha desde una de las orillas del estero Salado, en el populoso sector del Cisne 2. En la otra margen, en el barrio Nigeria de la Isla Trinitaria, una persona se sube a una embarcación y comienza a remar de pie. Unos 500 metros separan ese punto entre el suburbio y el sur.

Del lado de las calles F y la Sexta, Marcos Yagual espera bajo la sombra de un árbol. Es una rutina que realiza hace 40 años. Antes lo hacía cuando vivía al otro lado, en Esmeraldas Chiquito.

Desde que se cambió a Nigeria, los últimos 25 años, la canoa ha sido su medio de transporte. “Aquí pago 15 centavos por el viaje que dura 3 minutos. Si me fuera en carro tardaría una hora en dar toda esta vuelta”.
De inmediato, una canoa de 8 metros de largo está en la orilla. Efrén Nazareno lo ayuda a subir. Eso es parte del día a día de uno de los dos canoeros que dan este servicio. “Desde hace más de dos años, yo hago de 20 a 25 viajes por día, de lunes a domingo”.

Los adultos pagan 15 centavos, mientras los niños cancelan solo 5 centavos. El servicio se brinda entre las 07:00 y las 22:00.

Los pasajeros son variados. Niños y jóvenes que van o vienen de las escuelas y colegios, madres que realizan compras, gente que se mueve a sus trabajos....

Con su actividad, Nazareno es uno de los personajes que se encarga de mantener vivo y vigente al estero Salado como un ícono natural de Guayaquil.

Para Paulino Solórzano, el Salado es su aliado. Este guayaquileño de 64 años pesca a diario en su canoa. Allí saca su alimento y si sobra algo lo vende.

En el mismo suburbio, más hacia el suroeste, cerca al puente de la A, hay movimiento en un pequeño muelle en la orilla sur de la 12 y Pancho Segura. Allí, con el amanecer, ligeras canoas a motor llegan desde la zona del golfo.

En esas embarcaciones vienen pescado y camarones que comerciantes de varios mercados acuden a adquirir.

Esas canoas regresan cargadas con productos como arroz, verdes, legumbres y otra clase de alimentos. “Nos movemos entre Tres Cerritos, en la salida hacia la isla Puná, y Guayaquil. Es un viaje de más de una hora”, dice algo parco Esteban Rodríguez, quien se muestra impaciente por zarpar a su vivienda.

Cerca de allí, tres botes con personal de la empresa Visolit limpian el Salado. Esa labor diaria realizan 60 trabajadores, apoyados en 14 lanchas a motor.

Hacia el centro de la ciudad, el escenario es distinto. En la zona regenerada del puente Cinco de Junio, frente a la Universidad de Guayaquil, varios botes van y vienen a un intenso ritmo.

En ese sitio funciona desde hace cinco años la Escuela de la Federación de Canotaje. Durante la mañana practican 30 seleccionados y por la tarde 25 chicos de la escuela formativa.

El técnico argentino Sebastián de Cesare cree que este trabajo es importante para demostrar a la sociedad que el estero vive y que se puede realizar allí cualquier actividad náutica sin problema.

“Vengo de un país donde entrenábamos en un lugar parecido, de donde han salido campeones mundiales y un cuarto lugar en Juegos Olímpicos. ¿Por qué desde el Salado no se pueden proyectar figuras mundiales?”.
De Cesare recuerda que cuando llegó a Guayaquil, en el 2003, las condiciones del estero eran 10 veces peor a las de ahora. “Era muy sucio, no había los malecones. En el recorrido veíamos a gente drogándose en las orillas o lanzando basura al Salado desde las ventanas de sus casas”.

Belén Ibarra, seleccionada del Ecuador tiene tres años practicando. “Al comienzo sentí un poco de recelo por entrar al agua tomando en cuenta que antes se veía agua sucia. Hoy para mí, el Salado tiene un gran significado. Habla mucho de un Guayaquil distinto, que refleja espontaneidad y una nueva vida”.

A sus 19 años, esta estudiante de la Universidad Católica, muy cerca a la Escuela de Canotaje, dedica seis horas diarias en dos jornadas a los entrenamientos en el Salado. Incluso, forma parte de un grupo de deportistas que promueve una campaña de concienciación ciudadana para que no se ensucie el afluente.
Tomado de Diario El Comercio

miércoles, 21 de julio de 2010

Liceo Naval pedaleó para salvar el estero

Foto: Juan Carlos Holguín / Expreso

Colaboración. Más de 90 jóvenes llegaron hasta el estero en la Kennedy Norte y participaron en una minga durante la cual recogieron basura y limpiaron parte del bosque.


“La Tierra no es una herencia de nuestros padres, sino un préstamo de nuestros hijos. Respeta y cuida el planeta”.

El slogan fue creado por Kevin Medina, de 14 años, con la colaboración de sus padres y fue escogido como el más representativo de los que participaron. Kevin fue premiado con un casco profesional de ciclismo. Pero tanto a este joven como a sus compañeros del Liceo Naval les quedó la satisfacción de haber participado en un ciclopaseo cuyo objetivo final era la recuperación del estero.

El evento fue organizado el sábado por el club de ecociclismo Ecuador Aventura e incluyó a más de 90 jóvenes del plantel. Según Luis Sánchez, representante del club, “las instituciones están preocupadas por el ambiente, esperamos que otros centros educativos se unan”.

Los estudiantes fueron escogidos y tienen un promedio académico sobresaliente. Partieron en bicicletas a las 08:00 desde el Liceo, situado en la avenida Pedro Menéndez Gilbert, hasta el parque ecológico en la Kennedy Norte, junto al estero. Ahí realizaron una minga de limpieza de basura y mostraron los carteles con mensajes ecológicos que elaboraron para el acto.

A las 10:00 regresaron al plantel, escoltados por personal de la CTG encargado de abrirles paso. Rodolfo Torres, padre de la cadete Ámbar Torres, de 12 años, se mostró complacido con el evento. “Por la contaminación del medio ambiente, el Liceo Naval está aportando con un granito de arena para dar ejemplo a la sociedad. No deberíamos hacerlo solo en Guayaquil, sino en el resto del país”.

Llevando en la cabeza su premio, Kevin Medina dijo que “debemos proteger el estero Salado, está casi muerto, apesta y el agua está negra. Vivía cerca al estero y mis abuelos me decían que antes era cristalino. Ahora es desagradable”.

Información tomada de Diario El Expreso

Funda plástica: La flor oficial del Estero Salado?

Foto: Rafael Valdiviezo

Ocho casas cedieron ante el Estero Salado

El Gobierno ayudó a los afectados con atención médica, entrega de vituallas y alimentos


El drama de las ocho familias a las que el estero se les llevó sus casas, el  sábado anterior, continuaba  hasta ayer.

Son más de 30 las personas  que ahora están en la indigencia; ellas vivían  en la cooperativa Esmeraldas Libre, en las Malvinas, y lo perdieron todo cuando sus endebles casas de caña cedieron ante  las aguas del Estero Del Muerto.

Hasta el sitio llegó ayer  el gobernador del Guayas, Roberto Cuero, quien  comunicó a los  afectados que serán tomados en cuenta en el proyecto “Guayaquil ecológico”, que busca recuperar el Estero Salado.

“Queremos resolver este problema de forma integral, por eso no se volverá a construir en este sector. He dado la disposición de que sean favorecidos con el plan habitacional Socio Vivienda, en Nueva Prosperina”, manifestó la autoridad, e insistió en el  peligro que corren si vuelven a invadir el lugar.    

A los perjudicados  les fueron entregadas raciones de alimentos para una semana,  informó Yuri de Janón, coordinador provincial de respuesta de la Subsecretaría Nacional de Gestión de Riesgos.

Asimismo, el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) les dio vituallas (colchón, sábanas, almohadas y artículos de aseo personal).

Mónica Becerra, directora  provincial del MIES, dijo que los afectados -por decisión propia- se quedarán  con familias que los han acogido, pues se niegan a ir al  albergue del Buen Vivir, ubicado en Lizardo García y Gómez Rendón.

Yuri Patiño, director provincial de Salud del Guayas,  sostuvo que se brindó atención médica oportuna a las personas que lo necesitaron.

 Ese fue el caso de Bolívar Rodríguez Vargas, de 21 años, quien fue trasladado al hospital Guayaquil, por presentar un traumatismo craneoencefálico y una rotura en el cuero cabelludo. Por su estado de salud estable   fue dado de alta ayer.

Luz América Solís, quien resultó herida en su brazo izquierdo por salvar a sus pequeños hijos de caer al estero, se mostró agradecida por la ayuda que recibió.

“Recién tengo siete meses viviendo aquí y me sucede esta desgracia”, expresó. Justificó su permanencia en el lugar  debído a que no tenía dinero para continuar pagando el alquiler de una casa.  

A través de los Equipos Básicos de Salud (EBAS) se determinó que  38 es el número   de personas  damnificadas.

Gastronomía marcó festival en malecón del Estero Salado


Rafael Ayauca atiende en su stand de alimentos durante el festival
gastronómico que se realizó en el malecón del estero Salado.
El evento incluyó danza, pintura y actividades para los niños.



"Está delicioso", expresó Patricia Miranda cuando probó el plato de arroz con pollo que compró a $ 1 en el festival gastronómico que se realizó ayer en un sector del malecón del estero Salado.

Los habitantes de 10 de Agosto y la 11 lo organizaron con el apoyo de la Dirección municipal de Acción Social y Educación (DASE).

En el evento, denominado Guayaquil de mis amores, se incluyeron presentaciones de danza, con la participación de niños del sector, y un concurso de pintura para los menores.

Bajo carpas proporcionadas por el Cabildo, los habitantes vendieron diversidad de platos. Uno de ellos fue el dirigente barrial Rafael Ayauca, quien promocionaba el plato de ensalada de cangrejo a $ 2, de guatita a $ 1 y las empanadas a $ 0,50 con un vaso de cola incluido.

"Ha sido muy buena la acogida. A esta hora (mediodía) he vendido casi los 50 platos que traje", manifestó.

Ayauca dijo que estas actividades las prevén realizar cada quince días, para recolectar fondos y organizar las festividades de octubre, cuando eligen a la reina del Malecón del Salado, y para agasajar a los niños por Navidad (25 de diciembre).

La recuperación del sector nos ha dado autoestima, indicó Ayauca, uno de los 40 líderes con que cuenta la zona y que trabajan en coordinación con la Municipalidad, según indicó Alexandra Caiminagua, representante de la DASE.

En el festival se hizo un bingo ecológico con los menores. Se les enseñó, por ejemplo, que se gastan seis litros de agua si se deja la llave abierta mientras se cepillan los dientes. El premio eran juguetes.

Agenda: Fiestas julianas
11/7/2010
21:00. Último día de la feria Expolibro. En el Palacio de Cristal del Malecón.

16/7/2010
09:00. Concurso Ritmos Costeños II. En la concha acústica del parque Stella Maris, hasta las 13:00.

16/7/2010
10:00. Feria internacional de artesanía, joyas y diseño. En el Palacio de Cristal, hasta las 21:00.

16/7/2010
16:30. Clausura del taller de teatro infantil y presentación de obra de teatro en el escalón 123 del cerro Santa Ana. Será hasta las 18:00.

17/7/2010
10:00. Establecimientos educativos particulares presentan trabajos en Plaza de la Música del malecón del estero Salado, junto al puente El Velero. Hasta las 13:00.
Fuente El Universo

Guayaquil, una travesía por el Estero Salado

Hasta los años sesenta fue el lugar obligado de visita y esparcimiento de los guayaquileños.
El Municipio trabaja en su recuperación. Sus cristalinas aguas inspiraban a poetas y artistas

El pasado y el presente de Guayaquil está ligado al estero Salado y a sus cálidas aguas, fuente de inspiración para poetas y artistas.

"Ciudad cosmopolita hogar fecundo/ entre dos aguas marcos de tu casa/ del Guayas eres tú dándote al mundo/ y el mundo es el Salado que te abraza", reza la estrofa de uno de los múltiples poemas (el mencionado es de Pablo Hanníbal Vela), inspirado en Guayaquil y su estero; y que el compositor y cantante guayaquileño Carlos Rubira Infante musicalizó en honor a la tierra que lo vio nacer.

A sus 89 años de edad, el tiempo no ha borrado su memoria y aún recuerda aquellos días cuando junto a Olimpo Cárdenas cantaba al pie del brazo de mar y bajo la fresca brisa del Salado en el emblemático American Park, inaugurado en 1918.

Ese desaparecido parque de diversiones, donde ahora se levanta la plaza Rodolfo Baquerizo Moreno (en honor a su fundador), fue escenario de los más importantes eventos sociales de la urbe porteña.

Su relevancia se remonta a la época de la República, a inicios del siglo pasado, después de la Primera Guerra Mundial, cuando se proyectaba como el sitio de visita obligado de los guayaquileños.

En ese tiempo, Guayaquil limitaba al norte con el cerro Santa Ana, al sur con el Camal Municipal, al este con el río Guayas y al oeste con el estero Salado. Y su población no superaba los 300.000 habitantes.

Como sitio de diversiones, lo primero que entró en servicio fue un bañadero llamado piscina por su pequeño tamaño (54 metros).

Estaba rodeada por tablones de mangle que, además de permitir la entrada y salida del agua, protegían a los bañistas de los tiburones del Golfo de Guayaquil, que eran frecuentemente avistados por los visitantes, según relata el historiador José Gómez Iturralde.

Paralelamente se habilitaron los espacios para los juegos de diversiones: rueda moscovita, el martillo eléctrico, góndolas voladoras, trampolines y toboganes.

Por sus diversas opciones de esparcimiento era el sitio preferido de los jóvenes. Durante el día se reunían para demostrar sus dotes de nadadores y pescadores; y en las noches dominicales, para exponer sus capacidades para el baile y el romance, mediante los paseos en bote y las caminatas.

Pero lo que hoy conocemos como Malecón del Salado en los primeros años del siglo anterior se denominaba El Corte. "Sus aguas eran tan limpias que los enfermos acostumbraban a tomar baños curativos", relata Jorge Martillo en una de sus crónicas.

"Se veían las piedras y las piernas", recuerda don Carlos Rubira, quien además acudía al estero a pescar y a nadar, tal como lo hacían todos los jóvenes de la época, especialmente los estudiantes del Vicente Rocafuerte y de la Universidad de Guayaquil.

Recuerda además que el balneario estaba dividido en dos secciones: del puente a la izquierda para las mujeres y a la derecha para los hombres. A esa regla antecedió una más desfasada para esta época. En 1866, Belisario González, uno de los propietarios del centro de diversiones, reglamentó el uso de pantalón y cotona como la vestimenta adecuada para tomar el baño, detalla Gómez Iturralde.

Como en este tiempo esas disposiciones eran de lo más comunes, la cantidad de bañistas era enorme y para saciar el hambre de los visitantes sobre la orilla se vendía café con leche, tostadas, chocolate, sándwiches de jamón o queso.

En ese mismo escenario, en la concha acústica "Music Shell", inaugurada en 1930, se presentaron artistas como Libertad Lamarque, Mapy Cortés, Leo Marini, Hugo Romani, Olga Guillot; y los nacionales Walter Cavero, las hermanas Mendoza Sangurima. También conjuntos y orquestas, entre ellas Blacio Jr., Tropical Boys y Cotton Club-Cumparsita.

Años más tarde, en la década de 1950 se construyó una pista de bolos y otra de baile. En ese escenario, los visitantes bohemios, entre ellos Julio Jaramillo, "mataban" la noche en el bar "El Trocadero" o El Barquito, al pie del puente 5 de Junio.

Con el tiempo, en lo que ahora es la Ciudadela Ferroviaria, se habilitó un campo deportivo. Se construyó una cancha de fútbol y dentro del perímetro un diamante para jugar béisbol. Posteriormente ese espacio se usó como cuadrilátero para combates de boxeo y una plaza de toros cuadrada.

"Un empresario organizó un combate entre un toro y un jaguar, que al momento del enfrentamiento huyeron despavoridos, provocando la pifia del público", recoge Gómez Iturralde en sus crónicas.

Por esa misma época eran muy famosas las apuestas en las competencias náuticas (cruzar el estero de orilla a orilla) y los chapuzones desde el puente 5 de Junio (construido de cemento en los años treinta). Esa fue otra de las pasiones de Don Carlos Rubira Infante en sus años mozos.

Contaminación y regeneración

El tiempo siguió su marcha y las cristalinas aguas del estero sucumbieron ante el desarrollo industrial y poblacional de Guayaquil. "Las fábricas no tienen dónde desfogar y lanzan sus aguas residuales al sistema de alcantarillado pluvial", explica el consultor medioambiental, Jorge Cevallos.

Por desconocimiento o falta de conciencia ambiental la contaminación deterioró el estero y la única medida ahora es "evitar que las aguas contaminantes lleguen al Malecón", acota.

El Cabildo asumió el reto de devolverle la vida y comenzó por la regeneración del Malecón, que abarca desde la Universidad de Guayaquil hasta el puente de El Velero, el Parque Lineal y el Malecón del Suburbio.

Esa iniciativa, que vino después de cuarenta años de abandono, le permite a Maruja Riofrío recordar los días en que, junto a su esposo, José Mendoza, navegaba en bote, a cambio de un sucre, por las cálidas aguas del estero Salado.
Fuente:La noticia al instante