No
hay playas de aguas cristalinas, enormes edificios, grandes avenidas ni
lujosas tiendas de ropa, pero en Guayaquil hay un Miami Beach. Está al
sur de la ciudad, justo al lado de la conocida Playita del Guasmo, por
donde pasa el estero Cobina.
En 19 manzanas se erige esta cooperativa de vivienda, cuyos primeros
habitantes, esos que tienen hasta 35 años en el sitio, han visto grandes
cambios durante ese tiempo.
La cobertura de servicios básicos en este sector ha avanzado. Tiene
agua potable, energía eléctrica, telefonía fija, alcantarillado. Y
familias que cuentan con internet y TV cable. Aunque hay calles
pavimentadas y algunas con bordillos luego de que llegara la
regeneración urbana municipal, montículos de tierra y algo de desechos
sólidos son evidentes en varios sitios de la cooperativa, que alberga a
cerca de 2.000 habitantes, según Miguel Reyes, expresidente de Miami
Beach.
Cuenta que a lo mucho el 20% de los moradores son guayaquileños,
mientras que el resto proviene de otros cantones del Guayas e incluso de
la Sierra. “Aquí viene gente de Daule, Balzar, Yaguachi... Aquí se
concentra gente de muchas partes”, expresa el dirigente.
El número poblacional ha crecido cinco veces en relación con 1978, el
año en el que llegaron los primeros 400 habitantes a invadir el sitio,
recuerda Reyes. Él afirma que desde ese entonces ya se había bautizado
al sector como Miami Beach.
“Se decía que era porque el estero Cobina tenía viscosidad; era una
playa bonita para bañarse, bien limpiecita, y por eso se le puso ese
nombre”.
El sitio sigue siendo utilizado para actividades recreativas en la
Playita del Guasmo, mientras que pobladores de Miami Beach, como los
esposos Genaro Mite y Esperanza Solórzano, lo utilizan como muelle para
salir y llegar de sus faenas de pesca y también para lavar los productos
que recogen.
Es miércoles 21 de agosto y antes del mediodía ellos llegan con una
gaveta de mejillones y un saco lleno de ostiones, que les dejarían como
ganancia 25 dólares.
Según el Manaba, pescador que prefiere no dar su nombre, el 80% de
los habitantes que tienen sus casas a orillas del estero se dedica a
este oficio.
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Genaro
Mite y su esposa, Esperanza Solórzano, capturan
ostiones y mejillones.
Utilizan el estero de
Miami Beach para llegar e ir a pescar. |
Francisca Tumbaco, quien habita en el sitio desde hace 32 años,
recuerda que cuando llegó al barrio, el agua le llegaba a la cadera y
todo era lodo. “No había nadie, esto era demasiado tranquilo”, señala.
Su hija, Shirley Vera, se crió en la cooperativa, cuyo nombre ha sido
centro de atención de sus amigos y demás familiares. “Cuando les digo
los invito a mi casa en Miami Beach, todos me dicen: ¡qué!, ¿estás loca?
Y vienen acá y les da risa”, expresa Vera.
“He visto en la televisión, en las novelas, cómo es Miami. Es
increíble, todo muy bonito, pero acá tenemos también nuestra playita”,
refiere Vera.
A falta de grandes centros de entretenimiento, en el sitio hay un
parque, pero no ha recibido mantenimiento adecuado y sus condiciones, no
óptimas, hacen que las familias no lleven a sus hijos al lugar.
Además, en el sector hay un plantel educativo que en la mañana es
primaria y en las tardes, secundaria, que se llama Carlos Ortiz Macías.
Así es Miami Beach, una cooperativa que, en una lenta evolución, lo
único que comparte con la gran ciudad estadounidense es el nombre.
Manglar
A mediados de año, en el fango que bordea un kilómetro y medio de la
ribera del estero Salado, en el sector de Miami Beach, del Guasmo sur,
se sembraron 200 propágulos (tallos) de mangle blanco para reforestar el
manglar.
Puerto
El estero Cobina, donde se asienta Miami Beach, es un ramal del
estero Salado. Desde Miami Beach se puede visualizar el puerto de
Guayaquil.
Cifras
20% son guayaquileños
Ese es el porcentaje de habitantes de esta ciudad que, se estima, viven en la coop. Miami Beach.
2.000 Habitantes
Ese es el número de moradores que viven en Miami Beach, en el estero Cobina.
Fuente