El proyecto de recuperación ambiental del estero Salado deberá concluir en el 2017. Foto: Mario Faustos/ EL COMERCIO |
Seis años después, el actual ministro del Ambiente, Daniel Ortega Pacheco, anunció que en este 2016 invertirán USD 3 millones para continuar con el monitoreo del estuario y la capacitación de la comunidad para fomentar su cuidado.
Lo hizo la mañana de este martes 5 de enero, durante un recorrido por parte de los ramales que atraviesan 30 kilómetros de Guayaquil. Los tramos Palanqueado y Mogollón, en el sur de la urbe, fueron parte de su viaje en lancha.
Al final del trayecto, y sobre el muelle flotante de canotaje, junto a un parque lineal del Municipio, Ortega criticó la falta de control desde el Cabildo en cuanto a descargas residuales, una tarea de la concesionaria Interagua, vigilada por la empresa municipal Emapag.
“Me preocupa muchísimo que existen, todavía, ductos cajones que están descargando aguas lluvias y aguas residenciales directamente al estero. Es preocupante que, después de tantos años de un trabajo conjunto, existan ciertos actores que no demuestran un compromiso verdadero con la comunidad. Esas descargas están contaminando los esteros”.
En esta semana, Ortega se reunirá con varias autoridades ligadas al proyecto Guayaquil Ecológico. En estos encuentros, dijo, tratará temas como la reubicación de las familias asentadas a orillas del Salado. El ministro adelantó que durante el recorrido observó al menos una decena de casas asentadas en zonas de riesgo.
Hasta el año pasado, la meta del Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda (Miduvi) era reubicar a 8 175 familias del estero Salado. Esto con una inversión de USD 110 millones. Pero los desalojos causaron protestas, como ocurrió en la cooperativa Mélida Toral, en la Isla Trinitaria, en marzo del año anterior.
En este año, los planes del Ministerio del Ambiente se enfocarán en la capacitación de la comunidad. Ortega dijo que esperan pasar de 30 000 jóvenes y niños, y 100 000 moradores involucrados en el cuidado del estuario, a 100 000 jóvenes y 300 000 vecinos. Además, avanzarán con la construcción de parques lineales.
Uno de estos cambió el rostro de la cooperativa Naciones Unidas, en la isla Trinitaria. Pero las barandas, asientos y murales lucen deteriorados y garabateados.
La marea también hizo más evidente la basura. Platos desechables, botellas plásticas, fundas hasta animales muertos quedan atrapados entre las rocas y mangles de las orillas. Para su rescate, el Salado ha pasado por varias fases. En el 2011 se desarrollaron tres alternativas de remediación, como el uso de bacterias, enzimas y la técnica de oxigenación forzada con la instalación de seis plantas, que ya dejaron de funcionar.
También han existido sanciones a varias industrias. Y en 2014 una delegación francesa emprendió una investigación que planteaba el dragado como una alternativa. Los científicos aseguraron que en el 2017 el estero estaría recuperado y el presidente Rafael Correa ofreció bañarse en el Salado en ese año.
La liberación de las riberas, la descontaminación de sedimentos, el monitoreo para mejorar la calidad del agua y la construcción de los parques lineales son los proyectos que deberán estar listos hasta el próximo año.
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