jueves, 28 de marzo de 2013

MIDUVI entrega llaves de viviendas a 79 familias del Estero Salado

El Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda, realizó la entrega de llaves de 79 unidades habitacionales a igual número de familias de las cooperativas Antonio Neumane y Nuevo Rumbo, pertenecientes a la zona 3 del plan de reubicación del Proyecto Guayaquil Ecológico.

Esta acción forma parte del proceso de reubicación de las familias asentadas ilegalmente en las riberas del Estero Salado.
 
Las familias beneficiarias acudieron al sector de Nueva Prosperina, donde se encuentra ubicado el Plan Habitacional Socio Vivienda II, para recibir sus llaves y conocer la nueva casa. La entrega de las llaves, lo realizaron técnicos-sociales de la Coordinación zonal 5 de MIDUVI, comandados por Misheel Castillo, del Proyecto Guayaquil Ecológico.
 
La noticia de que personal del MIDUVI procederá a entregar las llaves de las viviendas, generó alegría en las familias beneficiarias. “Ahora si voy a vivir tranquila y cómoda con mis hijos en una casa digna”, señaló Rocío Cortez Caicedo, que por muchos años vivió en una vetusta vivienda en la Cooperativa Antonio Neumane.
 
La beneficiaria, con evidente alegría, expresó el agradecimiento al Gobierno Nacional y al MIDUVI, por esta acción que permitirá mejorar las condiciones de vida de las familias.
 
Las viviendas destinadas a estas familias son de 40 metros cuadrados de construcción. Están construidas en hormigón y constan de sala, comedor, cocina, un baño, tres dormitorios, piso de cerámica, ventanas de aluminio y vidrio y todos los servicios básico (agua potable, alcantarillado, energía eléctrica y aérea de recreación). Cada unidad habitacional tiene un costo 13.000 dólares, que es cubierto con el bono de reasentamiento.

Siembran mangle para oxigenar Estero Salado

El grupo en la dinámica de inicio.
Las plántulas más grandes se colocaron cerca del estero.
 El suelo inestable y el lodo propio del manglar no fueron impedimento para los más de 40 voluntarios que el sábado 23 llegaron a la ribera del estero Salado para participar de la primera reforestación de mangle.

Se juntaron frente al centro comercial Albán Borja desde las 08:00. La iniciativa surgió del grupo Amigos del estero Salado, que desde el 2010 trabaja por la recuperación de este brazo de mar.

La red Facebook sirvió para convocar a los interesados que a las 09:00 dieron inicio a la jornada con un canto. Guiados por Mercedes Lindao, estudiante de la Facultad de Ciencias Naturales de la U. de Guayaquil caminaban en círculos tomados de los hombros. “¡Pero cantemos fuerte para que lo escuche la madre naturaleza!”, exclamó la joven de 19 años. Tras ella todos repetían el cántico: ¡El ciempiés es un bicho muy raro!

Luego de equiparse con botas, gorras, guantes y repelente, Mercedes y Raúl Gadea, otro estudiante y miembro del grupo, explicaron el proceso de siembra. La tierra de encima tiene más contaminantes por eso hicieron huecos profundos clavando ramas sin dificultad por el terreno lodoso. Entre cada plántula se dejó un metro y medio de distancia. Las más pequeñas se colocaron en las lomas y las grandes cerca del estero. “Trajimos el mangle desde Puerto Hondo, un ecosistema limpio. Queremos ver si se adaptan y si funciona tenerlo presente como método de oxigenación para recuperar el estero”, explica la promotora del grupo, Mónica Solano.

Sol Cifuentes, miembro de la agrupación, indica que hace una semana visitaron el lugar y notaron que era apropiado para la reforestación, por lo que pidieron la autorización del Ministerio del Ambiente para sembrar. “Hace falta mangle y no está tan contaminado como otros sectores”, acota. Sin embargo, Gadea dice que la falla de este brazo de mar es precisamente su contaminación por metales pesados como el plomo. Esperan que con esta actividad mejore la vida en el lugar.

Los asistentes aprovecharon la reforestación para limpiar el área de la siembra. Recogieron fundas, desechos y bolsas de comida, retazos de ropa e incluso un mouse.

En total sembraron 80 plántulas de mangle rojo en su mayoría y algunos blancos y negros. “Los mangles que existen ahora son los que se han adaptado a la contaminación”, indica Gadea, quien asegura que si el plan funciona pretenden presentarlo en foros nacionales e internacionales para rescatar otros ramales del estero.

Luego de la siembra pintaron un mural ecológico para recordar que el estero no es un lugar de desechos, sino un área a ser rescatada.

“Es algo que nunca había hecho. Me gustó la siembra porque es una forma más activa de cuidar el medio ambiente”.
BORIS SOTOMAYOR, de los Brigadistas Turísticos

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