domingo, 25 de mayo de 2014

Los canoeros trabajan al margen de la ley

Seis canoas con capacidad para 40 pasajeros cada una prestan servicio entre el sector Cisne 2 y Nigeria, en el suroeste de la ciudad. Las embarcaciones no están registradas en ninguna institución ni han pasado un control para constatar en qué condiciones trasladan a las personas. Quienes viajan no llevan chalecos salvavidas y aunque el tramo comprende 500 metros de distancia y 4 minutos de navegación un accidente en medio estero podría generar una tragedia. Los propietarios no se oponen a una regulación. Según los moradores del lugar, el Cabildo les ofreció un puente, pero hasta el momento es solo eso, un ofrecimiento. 




Las canoas que atraviesan el estero Mogollón son empleadas por los habitantes del barrio Nigeria, un sector suburbano en donde habitan más de 7.600 personas. Foto: José Morán.
Redacción Guayaquil



El sol  empieza a salir en la mañana, el canto de un pájaro a la distancia apenas se escucha y el sonido de un bolero de Julio Jaramillo se escapa por las hendijas de una casa de caña. La mañana es tranquila en este sector del suburbio guayaquileño. Son las 07:00 y de un momento a otro el grito de Carolina Mina Caicedo, de 39 años, termina con esa quietud.

“Heyyyy ¡Canoaaaaaaa!”. El fuerte llamado de la mujer, habitante del sector conocido como Nigeria, en el sur de la ciudad, lo escucha uno de los 2 canoeros que están al otro lado del estero.

De inmediato el sujeto se sube en la pequeña embarcación y a punta de remo, va en busca de Mina. Cuatro minutos son suficientes para atracar en un rústico e improvisado muelle.

Suba con cuidado que el aguaje está alto, dice el timonel Danny Rodríguez, de 32 años. Unas 10 personas se suben en una canoa de 8 metros de largo. Ellos al igual que las 7.600 personas que viven en el sector utilizan este medio de transporte para disminuir distancias.

Cruzar el estero Mogollón tiene una gran ventaja evitar un recorrido en vehículo que puede tardar más de 40 minutos, dice María Antonieta Quimí, quien reside en Nigeria hace 17 años.

Asegura que para llegar al otro lado puede tomar un bus que la lleve por  la Perimetral. “La vuelta es muy larga, es preferible cruzar el estero”, manifiesta la mujer.

Para Mina, quien utiliza el servicio diariamente para trasladarse hasta su lugar de trabajo, en la ciudadela la Alborada, el ahorro de tiempo es de casi una hora.

Justifica que usa la canoa porque es rápida y económica. Los adultos pagan $ 0,20 centavos, niños, personas de la tercera edad y minusválidos $ 0,5 centavos, pero si un usuario no tiene para pagar, viaja gratis sin problema.


La solidaridad entre los vecinos es sorprendente, reconoce el hermano Ramiro, un creyente evangélico que viaja constantemente en las canoas. “Aquí entre los vecinos nos ayudamos y si alguien que no tiene para pagar el pasaje cualquiera lo hace o simplemente el canoero no le cobra”.

En las mañanas estas embarcaciones viajan con cerca de 40 personas, los  niños que cruzan el sector Cisne 2 van a estudiar.  Las amas de casa acuden a comprar al mercado San Vicente de Paúl y otros pasajeros salen a trabajar.

Rodríguez  asegura que aunque parece peligroso no han habido problemas graves en el traslado de las personas. “Yo trabajo 12 años  aquí y jamás ha ocurrido un  accidente”, pero Henry Farías, de 35 años, quien también es timonel lo desmiente. “Hace 4 años una de las canoas la más grande de todas, con casi 50 pasajeros, chocó contra un yate a motor. Hubo heridos, pero no fue nada grave. Por lo menos nadie se enteró”.

Viajar tiene ciertos riesgos, reconoce Farías. El mayor peligro es cuando pasan botes medianos a velocidad. Si eso ocurre él hace señas para que disminuyan la velocidad, de lo contrario las olas pueden virar la canoa. Sin embargo, los temores quedan de lado, dice Antonio Quiñónez, un obrero de 34 años, quien a diario utiliza el servicio. “Uno no está libre de un accidente, vaya en canoa o en carro”. Cuenta que el principal atractivo beneficio de usar el servicio es la rapidez. “Yo puedo salir en carro, pero prefiero la canoa porque me deja en las estaciones de las líneas 90 y 32”.

Quiñónez, quien habita en la cooperativa Vencer o Morir, cuenta que de su sector nadie sale por el lado de la Perimetral, porque por el estero es más seguro y rápido.

Negocios y guardias

Mientras las pequeñas embarcaciones cruzan de un lado a otro, Henry Farías comenta que el negocio de las canoas le pertenece a 3 personas y nada más. Ellas se dividen en 3 turnos. El lunes el turno 1, el martes el 2 y el miércoles el 3, el jueves otra vez regresa el turno 1. “Aquí se respetan mucho los turnos el primero es de Bonifacio Yagual, de 88 años, quien empezó con esta actividad más de 30 años. “Él tenía una canoa y transportaba a sus hijos a Cisne 2. Los vecinos vieron que era más cerca y le pedían que los llevara. Un día empezó a cobrar y el negocio creció. Yagual ya se retiró del oficio de canoero, pero tiene 2 embarcaciones de 40 pasajeros. Cada una al día le deja $ 20 de ganancia, 12 son para pagar al obrero (que rema) y los 8 para él. En  un día se transporta un promedio de 1.300 personas. El mismo mecanismo de pago emplea Efrén Nazareno, dueño del turno 2, y don Eliut del 3, ambos de más de 75 años. Ellos no trabajan, pero dan empleo a 6 personas. Aunque todos los remeros no coinciden en un solo día, Rodríguez y Farías aseguran que llevar exceso de pasajeros genera problemas.

“El trabajo se torna pesado cuando las canoas van llenas. Aquí los turnos empiezan a las 05:00 y terminan a las 23:00”. Con un silbido o un grito los canoeros buscan a sus pasajeros que están en la otra orilla.

Pero no todo es ganancia, los propietarios de las canoas deben invertir cada 3 meses $ 100 en el mantenimiento. El trabajo tarda 2 días y consiste en restaurar la madera y pintar la canoa.

En otro punto de la ciudad, en las calles 25 y la 0, otras embarcaciones también se dedican a la misma actividad. Luis Orejuela, propietario de una canoa, asegura que las personas que pasan desde la calle 29  ganan tiempo. Él y 2 compañeros, que se dedican a esta actividad, saben que requieren de un permiso para transportar a personas y aunque no saben cómo obtenerlo dicen que están presto a cualquier tipo de regulación. Además, consideran que aunque el trayecto es corto (cerca de 400 metros) existen riesgos.

Maribel Endara Jiménez, de 32 años,  habita en la 25 y la M, ella utiliza el servicio para llevar a sus hijos a la escuela. Cuenta que muchas veces ha sentido temor cuando pasa  un bote a motor cerca. “El movimiento es fuerte y aunque es difícil que se hunda si eso ocurriera algunas personas tendrían problemas porque nadie lleva chaleco salvavidas”.

Regulaciones y registros

Según el Decreto Ejecutivo 1087 se creó en 2012 el Ministerio de Transporte Marítimo y Fluvial. En el documento se indican las competencias de esta institución. Entre las que constan emitir los títulos habilitantes para el transporte acuático y los permisos para poder navegar. No se excluye a las embarcaciones pequeñas como las canoas que operan en el estero Salado. Por tanto, estas canoas con capacidad de 30 y 50 pasajeros también se deben registrar.

Según el departamento de Comunicación de la Subsecretaría de Puertos y Transporte Marítimo y Fluvial, dentro del plan de campaña de matriculación, que se realizará entre el 26 y 27 de mayo, se tiene previsto acudir a estos lugares para regularizar las matrículas y los permisos, luego de una inspección técnica que realizará  personal de la dependencia estatal. Una vez otorgados los permisos respectivos es competencia de la Capitanía del Puerto efectuar los operativos correspondientes para controlar el tránsito fluvial por el estero Salado. Ellos se deben encargar de patrullar y verificar que las embarcaciones tengan la documentación respectiva. Además en caso de observar alguna lancha o canoa con exceso de pasajeros están en la obligación de hacer que la embarcación regrese a la orilla.
Además se debe citar al armador (dueño) para que adopte las medidas de seguridad pertinentes, entre estas dotar a sus pasajeros de chalecos salvavidas.

El capitán Cristian Mejía, jefe de seguridad marítima y segundo comandante de la Capitanía del Puerto de Guayaquil, asegura que las embarcaciones deben tener un tipo de matrícula. “La básica es para el pescador artesanal, existe categoría para quienes se dedican a transportar carga como cemento o hierro. Cada embarcación debe tener una persona calificada. Un barco pesquero debe contar con un patrón costanero que es el capitán del barco, si no está capacitado no debería comandar una embarcación”.

Además, hace referencias que para capacitarlos se dictan cursos  que avalen sus conocimientos en temas marítimos. El registro de las canoas es necesario para llevar un control del número de embarcaciones que existen, a qué  actividad se dedica cada una de estas y también es muy útil para controlar la delincuencia.

Por otro lado, Eliécer Cruz, subsecretario de Gestión Marítima y Costera del Ministerio del Ambiente, asegura que  se debería recuperar el estero Salado y hacerlo navegable.

Para el funcionario sería muy oportuno que esta zona extensa de la ciudad se la aproveche para la transportación y movilidad de los guayaquileños.

Agrega que la institución a la que representa le compete regular que las embarcaciones de pequeño o gran calado no generen problemas ambientales en el estero. “Esa es nuestra misión y la estamos cumpliendo. Tenemos un monitoreo constante del estero Salado”.

Fuente: El Telégrafo. Decano de la Prensa Nacional

miércoles, 21 de mayo de 2014

El estero Salado enfrenta a Municipio y Ministerio de Ambiente

Visolit trabaja en el estero desde el 2003,
tiene 10 embarcaciones y 95 empleados.
 Jorge Peñafiel
El anuncio que hizo hace cinco días la ministra del Ambiente, Lorena Tapia, de imponer multas de hasta $ 88 y prisión a quienes contaminen el estero Salado, vino acompañado de críticas que enfrentan nuevamente al Gobierno y al Municipio de Guayaquil.

“Dada la inacción del Municipio de Guayaquil, nos hemos visto en la necesidad de hacer la declaratoria de área protegida y tomar las acciones mencionadas”, aseveró Tapia en referencia al anuncio de las multas, a la vez que advirtió sanciones administrativas para el Cabildo.

El Municipio respondió puntualizando que, en cuanto a la limpieza del ramal marino, solo está a cargo de diez tramos que van desde el puente de la calle Aguirre hasta el ramal que pasa por la av. Juan Tanca Marengo y que el tramo que va desde la ciudadela La Fragata hacia el Puerto Marítimo le corresponde al Gobierno central.





En uno de los ramales del estero
que llega hasta la Alborada y
Urdenor se aprecian tuberías
de desfogue de aguas. Jorge Peñafiel

Asimismo, Visolit, contratada en el 2003 por el Municipio para recoger los desechos en el estero, informa, en un anuncio que se publica hoy, que todos los días recolecta 20 toneladas. “El doble de lo estimado en los estudios técnicos efectuados antes de que se haga efectiva la decisión de los desalojos”.

En el documento firmado por Ricardo Seminario, gerente de Visolit, se menciona que el proceso de desalojo de viviendas, emprendido por el Gobierno, como parte de las medidas para rescatar el estero, generó un incremento de desechos, pues las áreas que eran ocupadas por viviendas “se han convertido en avenidas que permiten que gente inescrupulosa arroje desechos al estero”.



Los moradores de las riberas coinciden con esta aseveración, como María Morán, por ejemplo, que vive en la 19 y El Oro. Ella comenta que la basura se acumula en los sectores vacíos, donde antes había casas. “Sí vienen a limpiar, pero se vuelve a ensuciar, parece que cuando dormimos, en la noche, viene gente a tirar basura”, asevera.


Isaías Villamar, que vive frente al estero Las Ranas, en el suroeste, cuenta que está al tanto de las multas, pero todavía no ha visto controles. “Del Ministerio (del Ambiente) sí han venido, pero no he visto policías controlando”, menciona.


Proceso de limpieza que realiza Visolit (foto: Jorge Peñafiel)
A lo largo de las riberas del Salado, en la mañana y tarde, se observan embarcaciones con tres o cuatro tripulantes que recogen los desechos sólidos que flotan en las aguas del Salado y las fundas llenas de basura que los moradores dejan en las orillas. Todo, al mes, suman unas 600 toneladas.
Desechos en las aguas del estero Salado (foto: Jorge Peñafiel)


Luis Benavides, recolector de Visolit, cuenta que la labor más compleja está en zonas como Mogollón y el puente Cuatro de Noviembre. Pues son las áreas con más concentración de desechos
sólidos.
Trabajamos mañana y tarde, estamos recogiendo casi 600 toneladas en un mes. Hace unos tres años se recolectaban 10 toneladas diarias”.
Joffre Santana, supervisor Visolit
Sí hacen limpieza por aquí, hay menos basura en comparación con lo que había antes, hasta los olores. La basura vuelve a salir con la marea”.
María Morán, moradora

Oxígeno para salvar estero

Una de las medidas que tomó el Ministerio del Ambiente para rescatar el estero fue implementar seis plantas de aireación a lo largo del estuario.

Marcos Fioravanti, ingeniero en manejo de recursos naturales, menciona que esta medida es una de las más importantes, pues ayuda a digerir la materia orgánica y las sustancias químicas que llegaron por años al estero, producto de las descargas de aguas residuales.

“En la década del 90, el estero recibía más de 70 mil metros cúbicos diarios de aguas residuales”, indica Fioravanti.

Sin embargo, dice, para que la labor sea efectiva debió ir de la mano con otras medidas, como manejo de desechos sólidos. “El principal daño son las descargas de aguas residuales, pero el problema con los desechos sólidos es que también contaminan visualmente”, explica.

Sin embargo, en las estaciones de aireación de Urdesa, Kennedy y Las Ranas, ayer ya no se observaron los equipos.
Fuente: El Universo

martes, 20 de mayo de 2014

MAE realizó la I Reunión Técnica sobre Remediación Integral del Estero Salado en Guayaquil

Como parte de las acciones que lleva a cabo el Ministerio del Ambiente (MAE), para la remediación integral del Estero Salado, se realizó  una reunión  técnica  con la finalidad de evaluar la propuesta de remoción de sedimentos presentada por el empresa BIOX Cía. Ltda., para intervenir en el tramos del estero denominado Estero Palanqueado.

Esta empresa propone tres procesos de extracción y descontaminación de sedimentos en este ecosistema estuarino: el primero, consiste en la desorción de los contaminantes en agua y sedimentos; segundo, la separación de partículas gruesas con finas; y tercero la remediación del sitio con el aislamiento  de los contaminantes y la reutilización del lodo descontaminado para una disposición adecuada.

El evento contó con la presencia del Subsecretario, Blgo. Eliecer Cruz; el Director Provincial Ambiente del Guayas, Ing. Pablo Segale; el Gerente del Proyecto Guayaquil Ecológico, Blgo. José Francisco Medina y funcionarios de varias instituciones públicas como Secretaría Técnica del Mar (SETEMAR),   Instituto Oceanográfico de la Armada (INOCAR) y del Municipio de Guayaquil. También de Organizaciones No Gubernamentales, tales como Concepto Azul, Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID ECUADOR), el Instituto Nazca de Investigaciones Marinas, entre otros.

Durante la reunión, se debatió propuestas para la restauración sistémica del Estero Salado, involucrando a la comunidad  para fortalecer los vínculos de conservación de este estuario y su biodiversidad.

Se realizarán controles permanentes para controlar y vigilar a quienes atenten contra el equilibrio del ecosistema, por medio de descargas industriales de  desechos sólidos y líquidos, con el objetivo de evitar un aumento en la contaminación y  atenuar los niveles de polución.

Dentro de este proceso para sanear el estero se propone un proyecto piloto de dragado y remediación ambiental. En la primera fase se prevé intervenir en el estero Palanqueado y replicar en el resto de ramales. Durante el dragado se controlará la suspensión de contaminantes, además de mitigar los olores a través de la oxigenación de los sedimentos.

“La idea es iniciar la extracción del estrangulamiento del Estero Palanqueado, debido a que el MIDUVI ha reubicado a los habitantes del lugar, con el objetivo de volver a tener el flujo natural del agua quitando tres metros de material de relleno, e iniciar el proceso de restauración”, mencionó el Blgo. Eliecer Cruz, Subsecretario de Gestión Marina y Costera del MAE.

Fuente: MAE

domingo, 18 de mayo de 2014

Vecinos del Estero Salado están pendientes ante sanción

En el sector de 4 de Noviembre y callejón Azuay abundan desechos plásticos. Jorge Peñafiel
En el sector de Rosendo Avilés y Callejón 24, a orillas del estero Salado, en el suroeste, los vecinos dicen estar de acuerdo con que se castigue a quienes contaminan el brazo de mar, considerado pulmón de la ciudad.

El viernes pasado, el Ministerio del Ambiente y la Gobernación anunciaron que sancionarán con prisión de cinco a siete días y multas de $ 44 a $ 88 a quienes arrojen basura al estero, basándose en el artículo 607 del Código Penal. Advirtieron con sanciones administrativas al Municipio “dada la mala gestión de desechos sólidos”, según la ministra Lorena Tapia.

En respuesta a aquello, mediante un comunicado el Municipio señala que no es responsable de la limpieza de todo el estero, puesto que hay un tramo que fue asumido por el Gobierno nacional y que va desde la ciudadela La Fragata hacia el puerto marítimo.

El documento refiere que entre agosto del 2012 cuando Visolit (contratada por el Cabildo) empezó operaciones y abril de este año se han recolectado 9.667,28 toneladas métricas de desechos sólidos no peligrosos. Con ello se cubrió 5’400.000 metros cuadrados que equivalen a 540 hectáreas.

Víctor Carpio, morador de Rosendo Avilés y callejón 24, afirma que muchos de ellos están pendientes y vigilan que gente de otras zonas no bote basura al estuario.

Lo mismo ocurre en la 42 y la R, donde los moradores fueron notificados de que tienen que salir del lugar para dar paso al proyecto Guayaquil Ecológico, con el que el Gobierno espera recuperar el estero hasta el 2017. Pero habitantes como Josefina Peñafiel se niegan a salir porque no quieren trasladarse a las casas del plan Socio Vivienda, en el noroeste.

En esta zona el estero se observa limpio. Ese panorama contrasta con el sector de 4 de Noviembre y callejón Azuay, donde abundan las fundas, cañas y palos en el estuario.
Fuente: El Universo