lunes, 28 de febrero de 2011

Minga para limpiar estero Salado

El fin de semana los moradores del Guasmo sur, a la altura de La Playita del Guasmo, participaron en una minga de limpieza del estero Salado.

Aproximadamente unas 60 personas recogieron la basura del estero y de las calles aledañas al sector.

En pequeños botes, personal de la Armada Nacional, del Ministerio de Salud, Municipio, agrupaciones estudiantiles y barriales zarparon desde La Playita y recorrieron las cooperativas Velasco Ibarra, Manuel Carbo y Miami Beach, entre otras. Mientras que, por tierra, personal de Puerto Limpio y moradores recogieron la basura de las calles.

La campaña denominada Medio Ambiente Sustentable fue implementada en julio del año pasado y se realiza una vez al mes. Previamente los moradores son capacitados sobre la importancia de conservar el ambiente en el que habitan.

Posterior a la limpieza se realiza un monitoreo para determinar si se ha logrado concienciar a las personas.

Para la minga, Puerto Limpio dona fundas, sacos y ubica un contenedor cercano al sitio intervenido para que se deposite toda la basura.

“Está muy bien porque aquí los niños vienen a bañarse, deberían sancionar a la gente que bota basura”, dijo Teresa Cruz, habitante de la cooperativa Velasco Ibarra.

Fuente: El Universo

jueves, 24 de febrero de 2011

54 casas se mantienen en riesgo de caer al Salado


Redacción Guayaquil

Sentado sobre dos colchones, que fue lo poco que pudo rescatar de su casa hundida en el estero Salado. Edison Torres lamentaba el drama que vive. Un día después de la tragedia en Esmeraldas Chiquito, sector de Las Malvinas, las ayudas no llegaban para los damnificados.

“A las 4 de la tarde de ayer, al bajar la marea, pude meterme a la casa y sacar unas pocas ropas, dos colchones, un compresor. Todo el resto se perdió”, comentó Torres, quien se dedica a la confección de monigotes. El único molde que no se le dañó fue uno de la cara del alcalde Jaime Nebot.

Él, su hermano Cristian y sus cuñadas Margarita y Beatriz Elizalde, durmieron en los exteriores de la casa de un vecino. “Casi ni pudimos dormir pensando en lo que había pasado. Lo malo es que en toda la zona cortaron la luz y los policías se fueron ayer a las seis de la tarde”.

Antonio vera, otro de los 81 damnificados de las 15 casas afectadas, pidió posada donde una cuñada en Los Vergeles, norte de Guayaquil. Allá quedaron su esposa y pequeña niña de 4 años. “Hoy a las 06:30 me vine de nuevo a Las Malvinas porque hay que estar pendiente de los avivatos. Hay gente que no es de aquí y se había hecho anotar como afectados”.

Johnny Ayoví, cuya casa quedó totalmente hundida en el estero, se quejó de la falta de ayuda. “No tenemos agua ni comida. Nadie ha venido a ayudarnos pero no podemos dejar abandonado el sector”.

Por segundo día consecutivo, 14 profesionales del Equipo Básico de Salud (EBAS) del Área 3, Subcentro Guangala, brindaron atención médica y entregó medicinas a los afectados.

El galeno Carlos Mosquera dijo que ayer, en el primer día de la emergencia, se atendieron a 35 personas. Y que hoy, hasta las 11:00, recibieron asistencia médica otras 15. “Más allá de que esta es un área en la que trabajamos permanentemente, aquí nos quedaremos mientras dure la emergencia”.

En sus registros, de los 85 damnificados 11 son menores de 5 años,  uno es de la tercera edad (más de 65 años) y existen tres personas con discapacidades.

Si bien 15 son las casas más afectadas, 12 de las cuales cayeron al estero y 3 están parcialmente dañadas o a punto de colapsar, existen otras 54 viviendas en la misma manzana 15 de Esmeraldas Chiquito, a orillas del Salado, que se encuentran en potencial riesgo. Pero, sus habitantes se mantienen en el lugar.

Esta mañana, con el paso de una lancha, el oleaje formado remeció una casa que está a punto de colapsar totalmente. El movimiento del agua hizo que cayera una pared de caña provocando un fuerte ruido y algo de temor en quienes estaban en la orilla.

Hoy los afectados se organizaron para ir al Municipio de Guayaquil. Debían llevar sus documentos personales para establecer su presencia en los terrenos afectados ante una eventual reubicación.

Otro grupo esperaba de la llegada del gobernador del Guayas, Roberto Cuero, quien anticipó para el mediodía su visita a Esmeraldas Chiquito. Lo haría con representantes de los diversos organismos gubernamentales para canalizar ayudas.

A las 11:00 Edison Torres y el resto de afectados corrieron a formarse en una columna. Personal del Cuerpo de Bomberos de Guayaquil, al mando del jefe de brigada Luis Páez, llegaron con ayudas. Les entregaron fundas con ropa, zapatos y mochilas con útiles escolares. “Algo es algo pero lo que necesitamos ahora es comida y agua”, comentó Walter Jiménez al retirar los donativos.

miércoles, 23 de febrero de 2011

Ocho viviendas cayeron y otras 19 en peligro

FOTO: PILAR VERA / El Telégrafo
Los enseres y casas flotan en el estero del Muerto luego de que cedieran
ayer en la madrugada.
150 personas son afectadas por la caída de casas al estero. Luego de un censo una parte va a un albergue.

Ocho viviendas que estaban asentadas al borde del Estero del Muerto, en Esmeraldas Chiquita, colapsaron a las 04:30 de la mañana. Los moradores de la manzana B 15 mostraban preocupación     e  incertidumbre por la pérdida de sus casas y demás bienes, mientras observaban flotar en el estero  lo que quedó de sus hogares. En la zona la Policía prevenía que los curiosos se acercaran y corrieran algún riesgo.

“Este lunes nos informaron que habían grietas en estos terrenos, por lo que vinimos a realizar una evaluación. Los resultados  fueron: 31 familias que viven en el área de riesgo, de las cuales hoy cedieron ocho casas y otras ocho están en peligro. En total hablamos de un aproximado de 150 personas”, informó Maritza Anchundia, coordinadora de respuesta de la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos.

Anchundia agregó que el volumen de  perjudicados    está variando y que las familias damnificadas serán evacuadas al albergue El Buen Vivir. “Las personas que no quieran salir se verán en la obligación de firmar un documento en el cual se quedan bajo su responsabilidad”, aclaró.

Walter Solís, ministro de Vivienda, explicó que “este problema del sector ya estaba contemplado dentro de Guayaquil Ecológico, que consiste en la reubicación hasta el año 2013 de cinco mil familias establecidas en las riberas de los esteros. Serían trasladas al Plan Socio Vivienda, el cual ya se está ejecutando en su segunda etapa y contempla la construcción de 15.900 soluciones habitacionales. Todas estas familias ya estaban censadas para ser parte del Plan Socio Vivienda”, informó.

Datos
Según las fichas familiares, la doctora Rocío Ruiz, del área de salud número 3 del Ministerio de Salud, informó que hay 15 casas caídas, 5 cuarteadas, 2 discapacitados y un paciente en riesgo.

El albergue El Buen Vivir tiene una capacidad para unas 100 personas.

En caso de aumentar el número de damnificados, están disponibles cuatro albegues. Uno de ellos es la Casa Comunal.

La grieta que se presentó con anterioridad tenía una  profundidad de 20 centímetros.


Isidra Jordán  llevaba seis años viviendo al borde del estero.  A raíz de lo sucedido tuvo que hospedarse con su cuñada, donde guarda sus pertenencias.

“Ayer se veía que el piso de mi casa estaba partido. Cuando regresé de lavar les dije a mi hija y a mi nuera que recojan las cosas y las pongan al centro, pero no alcanzamos a sacar. En un rato se abrió la tierra y se fue todo”, contó.

Jordán, de 48 años, señaló que rellenaba su casa cada vez que la volqueta entraba a la zona. “Traía piedras que tirábamos para evitar que se cayera la vivienda”, explicó.

Isidra está consciente de que es necesario que sean reubicados para no pasar por la misma situación.

Lupe Gómez también se encuentra perjudicada ya que su casa se está cayendo. Su  prioridad fue sacar rápidamente a su hijo Carlos Luis, de 23 años, quien perdió una pierna por ostiomielitis y presenta  problemas de salud en la cara y en uno de los dedos de la mano.

“En el Hospital Guayaquil me informaron que tiene una infección y lo mandaron para la casa porque en ese centro médico no hay cama”, indicó.

Lupe tiene siete años viviendo en el sector y comentó que ha compactado su casa con anterioridad.  “Dos veces hemos luchado por rellenar. Utilizamos cascajo y basura, lo que implica un gasto porque pagamos para que una volqueta traiga los materiales”, añadió.

Margarita Elizalde lleva ocho años viviendo en Esmeraldas Chiquita. “A las cuatro de la mañana comenzó a partirse más la tierra y cuando me di cuenta se fue todo. En mi casa somos siete. Antes de que pasara algo más grave saqué a mis cuatro hijos para que estén a salvo”, contó. 

En cuanto a la logística, Anchundia explicó que el cuerpo de guardacostas va a facilitar dos buses y dos camiones para transportar a las siete familias que aceptaron ser evacuadas y para llevar los bienes que salvaron.

“El MIES está colaborando con el albergue y con las vituallas, agua, etc”, agregó.

Fuente: El telégrafo

martes, 22 de febrero de 2011

Veinte casas al borde del Salado están en peligro

En la cooperativa Esmeraldas Chiquito se abrió una grieta de 200 m en el suelo, vecinos no se retirarán.
FOTO: ALFREDO PIEDRAHÍTA / El Telégrafo
La grieta ha hecho que los pisos y las paredes de las viviendas
se resquebrajen.

El atronador ruido de los techos de zinc alarmó en la madrugada de ayer a los moradores de la cooperativa Esmeraldas Chiquita, en el sur de la ciudad. De inmediato salieron de sus casas, ubicadas al pie del estero Salado, al constatar que el piso comenzaba a abrirse.

“Eran casi las 02:00 cuando escuchamos un ruido fuerte, enseguida salimos porque creímos que la casa se nos venía abajo”, comentó Lupe Gómez, quien habita en una casa de caña junto con otros seis adultos y tres niños. Asegura que tuvieron que salir rápido, abandonando sus enseres, pues creían que la casa ya se caía al estero.

Como esta, otras veinte familias vivieron momentos de angustia hasta la mañana de ayer, debido a que  en  el suelo se produjeron algunas fisuras tras el accidente.

Algunos incluso recordaron que un hecho parecido ocurrió el año pasado donde se cayeron seis casas al estero, en el sector de Comandante Duro, en la misma cooperativa.

“Eso fue en agosto cuando se cayeron varias casas,  porque la tierra se hundió, igual que ahora”, comentó Narciso Romero, quien vive cerca del lugar de los hechos.

20 Viviendas son las que corren peligro de caer por la grieta que se ha abierto en el terreno.
En el piso se observa una fisura de casi 200 metros de longitud que afectó las endebles casas de caña. La tierra había cedido al continuo movimiento de las aguas del estero poniendo en peligro a quienes  habitan bordeando la orilla.

Pese a ello, algunos aseguran estar acostumbrados a esta situación, pues desde hace diez años construyeron sus covachas al pie del estero y con esfuerzo económico rellenaron el lugar; sin embargo en dos ocasiones el agua erosionó la tierra y las frágiles construcciones cedieron.

Mariela Martínez, moradora, relata que ya no sabe cuánto ha gastado en relleno, ya que cada vez que su esposo coloca piedras o tierra en el piso, el agua se las lleva y otra vez se les hunde la casa, por lo que nuevamente tienen que gastar en más relleno.

A las 09:00, personal de la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgo (SNGR) acudió al sitio para constatar la magnitud de los daños en las casas y en la polvorienta vía de ingreso. Tomaron datos del número de personas que habitan en cada casa y desde cuándo están instalados al pie del estero Salado.

Miembros de la Policía Nacional resguardan el lugar desde las 06:00. Los uniformados brindarán a yuda a los moradores.

Pese al peligro, todavía hay quienes se resisten a salir. “Lo que pasa es que la gente no se quiere ir de aquí, prefieren gastar su dinero en poner piedras y rellenar con tierra antes que buscar una reubicación”, comentó Rafael Oviedo, quien dice que ya tiene 12 años viviendo en el sitio, pero que considera que su casa sí está en un área consolidada y que incluso realiza trámites para la legalización. 

Ocho casas colapsaron en Esmeraldas Chiquita

FOTO: PILAR VERA / El Telégrafo
Las casas registraron grietas este fin de semana y ayer en la madrugada
se derrumbaronm luego que el terreno cedió
La tierra cedió este madrugada y varias viviendas al pie del estero se desplomaron. Los damnificados fueron trasladados a albergues.

Guayaquil

Ocho casas que estaban ubicadas a orillas del estero, en la Mz. B 15 de la cooperativa Esmeraldas Chiquita, en el sur de Guayaquil, se desplomaron esta madrugada, luego de que cediera el frágil relleno donde se asentaban.

Un fuerte ruido alarmó a los habitantes aproximadamente a las 04:00 de este martes. "Oímos un estruendo y sentimos que temblaba la tierra, y en una sola hilera se cayeron las casas", explicó uno de los moradores del sector.

Al momento de la tragedia había personas en el interior de las humildes viviendas, pero los vecinos al percatarse de lo que sucedía dieron la alarma, por lo que lograron salir a tiempo.

"Gracias a Dios no hay muertos ni heridos", dijo uno de los testigos.

Algunos lograron rescatar unos pocos enseres. "Solo televisor, cocina y tanque pude sacar, el resto se quedó", manifestó uno de los damnificados.

Mariuxi Anchundia, coordinadora de Respuesta de la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos (SNGR), quien llegó esta mañana al lugar del suceso, explicó que otras 19 viviendas están en peligro de colapsar.

“22 personas de siete familias han aceptado ir a un albergue. Pero existen 100 personas que se resisten y quieren permanecer en el lugar”, agregó Anchundia.

Hasta el sitio llegó también el ministro de Vivienda, Walter Solís, para explicar que el proyecto del Gobierno de reubicar a alrededor de 5.000 familias del sector es un plan a largo plazo.

El funcionario también recalcó que los moradores deben poner de su parte, pues hay algunos que se resisten a dejar la zona.

Ayer, lunes, veinte familias vieron como el suelo comenzaba a abrirse en ese sector. En algunas casas se produjeron fisuras en los pisos y paredes.

Ante ello, personal de la SNGR acudió al lugar para constatar la magnitud de los daños. Tomaron datos del número de personas que habitan en cada inmueble y desde cuándo están instalados al pie del estero.

domingo, 13 de febrero de 2011

La bacteria que salvará al estero

Foto: Stalin Díaz/Expreso
Problema. El agua casi desaparece del estero cuando baja
la marea. Solo queda lodo, debido  al incremento de la
sedimentación

Tres biólogos llevaron a cabo un experimento que promete devolverle la vida a este regalo de la naturaleza

La iniciativa, cuyo costo es de $ 5 millones, busca activar microorganismos presentes en el lodo mediante el uso de nitrato de sodio


Su amistad data de cuando estudiaron en la Universidad de Guayaquil, por allá en los años 70. Eran jóvenes, idealistas y con deseos de hacer del mundo un sitio mejor. Por eso, en 1975 formaron una agrupación de biólogos para aplicar sus conocimientos en beneficio del ambiente. Y parte de su accionar fue enfocado en el estero Salado, que para entonces ya presentaba un alto grado de contaminación.

Hoy, tras varios años de experimentación y estudios, el biólogo Johnny Castro Montealegre, John Salazar (especialista en Bacteriología) y Jorge Chávez (especialista en Química) encontraron lo que consideran una forma segura para recuperar el estero Salado: la biorremediación.

Así se define cualquier proceso que utilice microorganismos, hongos, plantas o enzimas derivadas de ellos, para retornar a su condición natural un ambiente alterado por contaminantes. La propuesta del grupo es aplicar nitrato de sodio, una sustancia que estimula las bacterias heterotrópicas, las cuales se encuentran en el lodo y tienen la capacidad de consumir la materia orgánica.

El efecto práctico, como pudieron comprobar en sus experiencias, es disminuir la sedimentación que, con los años, ha crecido y obstaculiza el fluir del agua. “El nitrato de sodio es un compuesto nitrogenado que al incorporarse al suelo, ayuda a reproducir las bacterias que ahí habitan”, dijo Castro.

El biólogo, actual presidente de la Sociedad Latinoamericana de Acuacultura, trabaja en el área camaronera. Nació en Machala pero a los 17 años se radicó en el Puerto Principal, cuando ingresó a la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad de Guayaquil. Por años vivió en Miraflores, junto a este ramal de mar, y padeció los malos olores característicos de cuando baja la marea.

Con sus compañeros empezaron a monitorear la parte química del estero. “Hacíamos bactimetría y completamos un banco de datos. El principal problema era la cantidad de sedimento, especialmente desde el puente 5 de Junio hasta los dos ramales que entran a Urdesa”, señaló Castro. “El estero Salado tiene cada vez más sedimentación, por lo que existe menos agua y menos movimiento de corrientes”.

Según el biólogo, “en 1975 encontramos que en el puente junto al centro comercial Albanborja habían 1.35 metros de sedimento. Si uno se paraba ahí, quedaba enterrado. En el puente de Miraflores estaba en 1,05 metros. Cuando había marea baja, quedaban 40 centímetros de agua. Ahora, al bajar la marea, el cauce queda seco. El sedimento le ganó espacio al poco caudal que quedaba”.

La falta de agua genera el mal olor que tanto incomoda a los vecinos del estero. “El lodo produce gas sulfhídrico y amonio, responsable de la pestilencia. Cuando queda expuesto, el gas se libera en el aire y el olor se propaga. Queda impregnado en la ropa y las paredes”.

Desde entonces el grupo ha buscado el financiamiento para realizar proyectos de recuperación del estero y en ocasiones han obtenido patrocinio de empresas privadas. “En 1985 retomamos los monitoreos, hubo análisis químicos, aplicaciones de bacterias en módulos pequeños y hubo un cambio muy interesante. Por desgracia la persona al frente de la empresa falleció y todo quedó a un lado”, señaló Castro.

En 1991 y 1992 el profesional fue director de la Fundación de Rescate y Preservación del Estero Salado, con la cual desarrolló algunos proyectos. Uno era usar sistemas de aireación. “Colocamos una bomba de aireación en el puente del Policentro y otra en la ciudadela Ferroviaria, cerca al puente 5 de Junio”. Fueron equipos donados por una empresa privada y funcionaron cerca de un año.

Según él, la aireación funcionó en los sitios donde estaban las bombas, pero era muy poco el volumen. “Necesitaríamos unas 50 bombas a lo largo del estero para lograr recuperarlo de esa forma”.

En 1992 contrataron una draga para que sacara el lodo en el puente del Albanborja y lo depositara en una volqueta, que se lo llevaría. Pero era demasiado sedimento y chorreaba el líquido en todas las calles por las que pasaba la volqueta. “Eso producía malos olores”.

Hubo otros intentos, hasta que probaron la biorremediación en 2007. El área de ensayo fue desde el puente Ecológico, en Urdesa Norte, hasta la avenida Juan Tanca Marengo, unos 4,5 kilómetros. Aquí fue aplicado el nitrato de sodio durante cerca de dos meses y, según Castro, vieron resultados.

“Hubo reducción de materia orgánica, de fósforo, de nitrógeno y los parámetros buscaban estabilizarse”. Sin embargo, no tuvieron financiamiento para seguir. “El proyecto, pensado a 5 años, está valorado en $ 5 millones, frente a los $ 70 millones que cuesta el que va a implementar el Gobierno”.

El grupo de profesionales considera que este sistema es propicio para la problemática ambiental. “Son al menos dos años para estabilizar el estero y de ahí hacer aplicaciones periódicas hasta recuperarlo todo. En un año podríamos tener una recuperación del 30%”. El sueño de todos es que este ramal recupere su esplendor de antaño, cuando era paseo obligado para las familias, que ahí nadaban y pescaban. Y están convencidos de que con su método pueden lograrlo. (JCH)


Fuente: El Expreso

jueves, 10 de febrero de 2011

Otro ramal del estero Salado se contamina

PASA INADVERTIDO para los transeúntes y los conductores, pero está ahí, copado de desechos, perdiendo su flora y fauna a causa de la contaminación. Un área del estero Salado, entre el c.c. La Línea y el Centro Gerontológico Municipal Dr. Arsenio de la Torre Marcillo, es usado como botadero y urinario público por quienes trabajan o transitan por esta zona.

Botellas de vidrio, fundas de basura, material de construcción, tarrinas plásticas, palos y hasta una plancha de zinc oxidada fueron algunos de los desperdicios que se encontraban en la orilla de ese pequeño sector del estero.

Por esta razón, Laura Gómez Serrano, de 68 años, usuaria del centro para adultos mayores Arsenio de la Torre, ha solicitado al Municipio de Guayaquil mediante oficios que realice limpiezas en este sector.

Muestra documentos, con fechas 9 de septiembre del 2009, 4 de enero y 7 de enero del 2011, en los cuales se autoriza la ejecución de los trabajos y el alcalde Jaime Nebot firma la autorización. “Pero no ha pasado nada”, indica Gómez.

“Yo escribo una carta y ellos (Municipio) me contestan como que si ya se hicieron los trabajos, me he sentido burlada en varias ocasiones”, expresa doña Laura.

Rosa Azúa Pincay, directora del centro gerontológico manifiesta que no solo arrojan desperdicios en el sector sino que “los taxistas y personas han convertido ese espacio en un urinario público”.

En un recorrido realizado los días miércoles 2, jueves 3 y viernes 4 de febrero, Viva constató que algunos taxistas estacionan sus vehículos al pie del Arsenio de la Torre (av. Carlos Julio Arosemena, km 2,5 diagonal al Albán Borja) y se bajan para realizar sus necesidades biológicas junto al terreno que está entre el gerontológico y el c.c. La Línea.

LA MAREA AFECTA

Rosa Azúa afirma que “paradójicamente el propio Municipio, Vía Pública, nos mandó una multa por botar basura, pero nosotros no sacamos basura”, expresa la directora del centro gerontológico, quien responsabiliza a los comerciantes informales que vendieron los monigotes en fin de año e incluso han levantado al pie de un árbol una base de caña en la cual reposan.

El consorcio Puerto Limpio, compañía encargada de la recolección de la basura en la ciudad, expresó vía mail, que en dicho sector no se han realizado mingas.

Camilo Ruiz, director de Medio Ambiente del Municipio, afirmó que sí hacen mingas de recolección de basura a través de Visolit cuyas jornadas de limpieza son pasando un día. “El subir y bajar de la marea trae consigo el movimiento de la basura que se encuentra en el agua, eso da la impresión de que no se hubiera limpiado”, alegó él.

viernes, 4 de febrero de 2011

Estero Salado soporta a diario relleno indiscriminado

Callejón H y calle Diecisiete

El relleno indiscriminado del Estero Salado no termina. El último episodio ocurrió en el callejón H y la calle Diecisiete (sector Cisne Dos) cuando un camión cargado de cascajo descargó el material alrededor del cauce a vista y paciencia de los moradores.

"Aquí es permanente la presencia de volquetas", dijo el morador Eduardo Miranda.

"Es increíble la cantidad de desechos que se arroja al Estero Salado", manifestó Cecilia Jaime.

"La carga que traen al lugar llega en la noche", declaró Aida Simisterra, quien además indicó que es una ciudadana colombiana la que arroja basura al estero sin dar su identificación.

Según Simisterra, la extranjera obtiene ese material de las invasiones ubicadas en el noroeste de Guayaquil.

Miranda manifestó que la ciudadana colombiana ha colocado cañas en las calles como control para evitar el ingreso de otras volquetas al Estero Salado.

El negocio avanza mientras el Estero desaparece. El agua se estanca y el temor de sus moradores es que con un fuerte aguacero las inundaciones lleguen. Así lo afirma el morador Gustavo Mena.

El ramal del Estero Salado recibe todas las noches materiales de desechos, manifestó Jaime. "Con ese material se construyen las casas al costado de las riberas", acotó.

"Le hemos hablado pero la gente no hace caso, es mejor no denunciar para evitar los enemigos", afirmó Simisterra, quien vive desde 1980 en ese sitio y observa de forma permanente esta agresión al Salado.

Los moradores del sector manifestaron que en los últimos 10 años se ha reducido 30 metros de este brazo de mar mediante tramitadores, quienes les ofrecen rellenar la parte del Estero frente a sus hogares y luego legalizarlo, cuestión que nunca sucede.

Xavier Narváez, director del Departamento de Justicia y Vigilancia del Municipio de Guayaquil, opinó que no es posible prohibir el paso de volquetes porque no todos son para construcciones ilegales, sino que algunos se usan para la regeneración urbana

Luis Lazo, del Departamento Municipal de Medioambiente, manifestó que los invasores infractores ya han sido identificados.

En los últimos tres meses se han detenido a 17 conductores y 60 volquetes. (AM)

Problemas de contaminación

En la parte sur de Guayaquil, el Estero Salado, en un ramal conocido como Estero Cobina, se une al río Guayas por medio de un canal provisto de esclusas.

El Estero Salado sufre problemas severos de contaminación, tanto de sus aguas como de sus riberas, debido exclusivamente a la disposición salvaje de basuras y desechos industriales y domésticos.

Entre 1993 y 2002, el Comité Ecológico del Litoral, organización ambientalista de Guayaquil, realizó jornadas de limpieza de las orillas del Estero. Este intento de levantar la conciencia de la juventud de Guayaquil tuvo mucho eco. Sin embargo, resta mucho a realizar para la recuperación de este brazo de mar.

A través del blog "De Estero Salado a Estero Salvado" se informa de los proyectos para la recuperación de este espacio natural de Guayaquil. Lahmeyer Cimentaciones advirtió que lo que el Estero requiere es sellar las tuberías de aguas servidas que tienen como destino el estuario.

miércoles, 2 de febrero de 2011

Veinte mil ha de manglar pasarán a ser zonas de reserva en el Golfo

En asocio con el ministerio del ambiente se trabaja en conservar 10.823 más.

Foto: Cortesía prefectura
Trabajo. El Gobierno Provincial, a través de la unidad
de Medio Ambiente de la Prefectura, labora
con las comunidades en levantar información
sobre su importancia ecológica.

Aprovechando el Día Mundial de los Humedales, los manglares Don Goyo, situados en el estuario interior del Golfo, al sur de Guayaquil, fueron declarados zona de conservación.

El anuncio lo hizo el prefecto del Guayas, Jimmy Jairala, quien afirmó que con la declaratoria entran a ser parte de la conservación unas 20 mil hectáreas de bosque manglar.

“La intención es que sean consideradas como sitio Ramsar”, llamado así por la convención de los humedales de importancia internacional como hábitat de aves acuáticas, firmada en 1971 en Ramsar (Irán), dijo el funcionario.
Los beneficios que recibirá esta zona al ser considerada como Ramsar, es la apertura de muchas ONG a invertir en planes de conservación para el uso sustentable de sus recursos, además de la relevancia internacional que adquirirá.

Técnicos de Medio Ambiente y Agua de la Prefectura, en conjunto con organizaciones socioambientales, trabajan en el levantamiento de información para justificar su importancia ecológica, cultural, productiva y arqueológica.

El nombre Don Goyo nace justamente de la novela del autor ecuatoriano Demetrio Aguilera Malta, quien se basó en el dilema de los habitantes de esta zona sobre talar o conservar los manglares, para escribir su reconocida obra.

De otro lado, el gobierno seccional impulsa, en trabajo conjunto con el Ministerio del Ambiente, la concesión de otras 10.823 hectáreas de manglar para su conservación.

Fuente: Diario Expreso

martes, 1 de febrero de 2011

Familias se resisten a abandonar el Salado

Moradores de sectores suburbanos de Guayaquil protestaron ayer, en distintos frentes, ante la decisión del Gobierno Nacional de reubicar a las familias que habitan en las orillas del estero Salado.

Con la quema de llantas en diferentes intersecciones que dan al estero, los habitantes de los barrios populares de la urbe anunciaron que se resistirán a abandonar sus viviendas.

El Gobierno anunció un censo previo a la reubicación de 5 000 familias que moran en las orillas del Salado hacia el Plan Socio Vivienda, en la Nueva Prosperina. El objetivo es derribar las casas y recuperar el estero.

Pero, a la par, el Municipio de Guayaquil anunció la construcción de un extenso parque lineal hacia ambas orillas como medida para frenar la invasión al estero y evitar los desalojos.

En medio del humo negro que emanaba de dos llantas Juan Ortega dijo que por esa zona del Plan Piloto, en la J y la 19, aún no ha llegado el censo del Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda (Miduvi). “Nos dicen que tenemos hasta marzo para abandonar las casas porque la Marina las va a tumbar. Yo tengo 20 años viviendo aquí”.

Miriam Rodríguez, su vecina, dice tener el mismo tiempo viviendo allí. “Cuando venimos esto era puro lodo, se caminaba sobre puentes de caña. Hemos surgido a base de mucho sufrimiento. Lo poco que tenemos lo hemos logrado con esfuerzo”.

Ella propone que el Municipio construya el parque lineal y que no se desaloje a nadie.

Igual criterio es el de Víctor Tejedor, quien vive en el suburbio hace 30 años. En su casa de madera y caña viven nueve personas, entre ellos sus dos hijos con sus compromisos. “Si nos desalojan adónde iremos. Lo mejor es que el Municipio nos entregue las escrituras y sigamos aquí”.

Guillermo Leone, de la Confederación Unitaria de Barrios del Ecuador, cuestionó al Gobierno por los desalojos y las reubicaciones. “Lo que está propiciando es violencia y terror”.

Dijo que el pasado 25 de noviembre se desalojaron a 16 familias de la cooperativa 30 de Abril y que nunca fueron reubicadas. “En el Miduvi tienen archivada la documentación de 80 000 familias de 2 400 comités de viviendas a los cuales no se les ha entregado el Bono de la Vivienda. Entonces, hay mucha incredibilidad en el Gobierno”.

La quema simbólica de protesta se dio al finalizar las calles F, J, K, L, M y P hasta el segundo puente de la vía Perimetral, en el Plan Piloto; en la P, Q, R y S en el Cisne II; y en la isla Trinitaria, Cooperativa La Merced.

La Confederación de Barrios efectúa hoy el foro “Invasiones, desalojos, reubicaciones, bonos de la vivienda, ¿solución o demagogia”. Se realizará desde las 16:00 en la Sociedad Hijos del Trabajo (Boyacá y P. Icaza) y contará con la presencia del Director Provincial del Miduvi.


Fuente: El Comercio