Cerca de 15 personas quedaron damnificadas tras el derrumbe de 3 viviendas en la ribera del estero Salado, en el sur de Guayaquil. Las lluvias, el suelo inestable y material débil de las casas provocaron el colapso.
Ángel Montaño cuenta que vivía en el sitio con su esposa y 4 hijos y afortunadamente no resultaron heridos.
Al lugar llegaron delegaciones de entidades gubernamentales. Jorge Rubio, director distrital del Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES), dice que las casas se levantaron sobre suelo blando y húmedo, a la orilla del estero.
Las autoridades consideran esta zona como uno de los puntos vulnerables de la ciudad, sobre todo, en invierno.
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