Cuatro alternativas habitacionales para la reubicación de las familias asentadas en las riberas del Estero Salado y la recuperación ambiental de este brazo de mar son las propuestas que entidades del Estado plantean para este sector.
Los proyectos se contemplan dentro del megaproyecto Guayaquil Ecológico anunciado por el Gobierno, el cual comprende, además, el parque Samanes y la recuperación de la isla Santay.
En los últimos 50 años, el estuario, que alcanzaba 655 hectáreas de agua bosques de manglar, y era el lugar de recreación de los guayaquileños, cambió drásticamente debido a la presencia de asentamientos informales. Esto se dio primero en la zona de la parroquia Febres Cordero, luego en Mapasingue y Prosperina y, de manera posterior, en Las Malvinas e Isla Trinitaria.
Walter Solís, ministro de Desarrollo Urbano y Vivienda, explicó que ante este hecho, en una primera etapa, se buscará cambiar la situación de 5.000 familias asentadas a la altura de las calles 12 y Cristóbal Colón, cerca del puente de la A en el suburbio.
“Durante un recorrido que hizo en días pasados el presidente Rafael Correa, se constató que las familias edifican sus hogares con bloques, madera, caña, zinc y palafitos (columnas de mangle), en terrenos rellenados con basura y las descargas de aguas servidas van directo al estero”, indicó.
63 millones de dólares invertirá el Miduvi en el sector para reubicar a 5 mil familias
Ante esto, el Presidente de la República dispuso una intervención en la zona, a cargo de los ministerios de Desarrollo Urbano y Vivienda, del Ambiente y Salud. Una primera encuesta realizada por el Miduvi para establecer si estas familias desean o no salir del estero determinó que, de 560, el 98% se mostró abierta a esa posibilidad, pero solo si existe una opción de vivienda.
“El Gobierno invertirá en las cuatro opciones 63 millones de dólares. Estas son: reasentamiento en programas habitacionales ya en curso, en viviendas multifamiliares, muelles habitacionales y ciudades satélite (ver infografía)”, anunció.
La primera opción que se ofreció a las familias se incluye en un proyecto global que establece que para el próximo año habrá 2.400 viviendas en el sector de la Prosperina. La compensación por el cambio es la casa.
Los moradores del Estero Salado podrán elegir, en primera instancia, el plan Socio Vivienda, que ofrece una casa de una planta con estructura para una segunda.
Entre el grupo de moradores que conoció el lugar la semana pasada, estaba Guadalupe Vallarino, de 31 años, quien aseguró que desea darle a sus cinco hijos otra calidad de vida. “Me llevaron a conocer las viviendas, lo que demuestra que, por primera vez, sí van a cumplir. Vivo 38 años aquí y reconozco que habitar sobre la basura es infrahumano, pero no he tenido otra opción, y ahora que ofrecen estoy dispuesta a aceptarla. Si quieren recuperar el estero, debemos irnos a otro lugar”, dijo.
Otra alternativa es Ciudad Victoria (en Las Iguanas), financiada por el BEV, que se puede gestionar a través del programa Mi primera vivienda. La empresa privada ofrece el proyecto y los interesados pueden aplicar al bono de 5 mil dólares.
Según el Ministro, como no todos querrán salir del lugar, se les ofrecerán los bloques unifamiliares, de cuatro plantas, cada uno con cuatro departamentos.
Los muelles habitacionales con proyección turística tendrán locales comerciales y vivienda. Los servicios se conectarán a través de canales. Mientras la otra opción buscará detener la migración. Las ciudades satélite serán casas agrupadas en las zonas rurales con los servicios básicos (escuelas, locales comerciales, servicio de salud, etc.).
Para evitar nuevos asentamientos se declarará al Estero Salado zona protegida.
Sobre la recuperación ambiental del sector, Manfred Altamirano, subsecretario de Gestión Marina y Costera, indicó que se trata de la más compleja de las tareas, por ser, además, un tema político, debido a la necesidad de reubicar a los habitantes que viven en el Estero Salado a otro sector y por la competencia que tiene el Municipio en el sistema de alcantarillado y el reciclaje de desechos sólidos.
“Por ser un compromiso presidencial, hemos diseñados varias propuestas, en las cuales necesitamos que el Municipio colabore, aunque tenemos la disposición del presidente Correa de que, con o sin la ayuda del Cabildo, debemos actuar inmediatamente en la recuperación del Estero Salado”, dijo.
El funcionario señaló que, en los 30 kilómetros que están afectados, cada tramo tiene su propia problemática.
En Urdesa y Miraflores, el problema radica en la contaminación de las descargas domésticas e industriales, desechos sólidos y de aguas servidas, acumulando lodos anóxicos, generando malos olores. Por el estero Mogollón y Puerto Lisa, el principal problema -aparte de la contaminación- son las invasiones en los márgenes, lo que ocasiona la pérdida de ramales y manglar.
Altamirano explicó que una solución para la contaminación, según recomendaciones de biólogos, es la inyección de bacterias.
“Los expertos indican que aunque no se pare la contaminación, las bacterias pueden empezar a actuar y a mejorar las condiciones químicas, físicas y biológicas del agua. Han descubierto bacterias del ecosistema, por ello no hay necesidad de acudir a agentes externos”, comentó Altamirano.
También está la reforestación de manglar y la construcción de parques lineales. “El proyecto se lo ha enviado a la Secretaría Nacional de Planificación (Senplades) para que lo revise y designe los recursos necesarios, pero hasta fin de año vamos a trabajar en la primera fase con el presupuesto que tiene cada una de las carteras que intervendrán”, afirmó.
También dejó en claro que este es un proyecto contemplado para ejecutarse en tres años y que la segunda fase iniciará a partir de 2013, para la recuperación total del Estero Salado. (SC/MG)
Fuente: El Telégrafo, Primer Diario Publico del Ecuador