La mañana de hoy se presentaran los resultados finales del Estudio de Vulnerabilidad y las Medidas de Adaptación frente al cambio Climático para la Reserva Manglares El Salado, ubicada en Guayaquil, con la del Cónsul General de los Estados Unidos, Francisco Fernández; funcionarios de la Embajada, autoridades y técnicos de la Subsecretaría de Gestión Marino Costera y Subsecretaría de Cambio Climático del Ministerio del Ambiente del Ecuador (MAE) e invitados especiales.
Este trabajo técnico-científico, financiado por el gobierno de los Estados Unidos, por medio de la Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID) bajo su proyecto Costas y Bosques Sostenibles, y preparado por el Centro Internacional para la Investigación del Fenómeno de El Niño (CIIFEN), permitió desarrollar un detallado sistema de información geográfica, sistematizar y analizar importante información ambiental y crear un modelo hidrodinámico. Este modelo facilita la simulación de los posibles efectos del incremento del nivel del mar y de la temperatura, en la zona urbana y rural de Guayaquil.
El estudio contó con el valioso aporte técnico del MAE, el Municipio de Guayaquil, el Gobierno Provincial del Guayas y entidades como el Instituto Oceanográfico de la Armada (INOCAR) y el Instituto Nacional de Pesca, entre otros. Hasta el momento, el estudio ha permitido el análisis de información satelital, fotografía aérea, parámetros oceanográficos, climáticos, ambientales así como la realización de diversos talleres con pescadores, comunidades en el interior del golfo de Guayaquil y áreas urbanas que interactúan directamente con los cuerpos de agua, y con el sector productivo entre otros actores claves.
Los resultados evidencian la disminución de poblaciones de fauna marina a causa de la creciente contaminación de su hábitat y el colapso del fondo del estero debido a la contaminación crónica de las aguas. El estudio consistentemente demuestra la importancia ecológica de la Reserva para la repoblación del Estero Salado, luego de su limpieza y recuperación ambiental. De igual forma identifica grupos de jóvenes actores, comunidades y gremios de pescadores, concheros y cangrejeros que pueden jugar un rol activo en la conservación del manglar, como gestores de las futuras medidas de adaptación frente al cambio climático.
Las medidas de adaptación proponen implementar, entre otras cosas: acciones para armonizar los esfuerzos a nivel nacional, provincial y municipal; la reducción sistemática de la carga contaminante al Estero Salado, la articulación de redes juveniles, comunitarias y educativas como agente de cambio, el involucramiento del sector privado entre otros elementos específicos detallados en el documento.
Fuente: Confirmado.net
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