Enviado por maribel.hidalgo en Mar, 03/20/2012 - 15:32
Guayaquil, 20 mar (Andes).- La fuerte temporada invernal que soporta el litoral ecuatoriano causa mayores estragos en las zonas urbano marginales. Así lo constató un equipo periodístico de la Agencia Andes que recorrió el sector de la Isla Trinitaria, ubicada al sur de Guayaquil (la ciudad más poblada del Ecuador).
Una vez que termina la calzada de cemento, a la altura de la cooperativa Independencia I, la situación es dramática, las calles permanecen anegadas de aguas estancadas y el lodo puede en ciertos sectores llegar hasta el tobillo. Según nos relató Karla Quiñonez, moradora del sector, las lluvias más fuertes se presentan generalmente en las noches por lo cual deben permanecer en vigilia para elevar del piso los electrodomésticos y enceres cuando el agua logra ingresar a las viviendas.
Cuando termina la precipitación la situación no cambia mucho porque la mayoría de calles, que en época de verano son polvorientas, se convierten en peligrosas trampas que en varias ocasiones han provocado accidentes en los vehículos que circulan por la zona.
Otra habitante del sector, Maritza Chalá, considera que los barrios pobres merecen mayor atención de las autoridades, porque a diferencia de las ciudadelas que han sufrido inundaciones en las últimas semanas, allí las aguas bajan una vez que deja de llover. “Aquí después del aguacero el nivel del agua baja muy poco. Con el intenso sol empieza a brotar mal olor y los patios de las casas se convierten en criaderos de mosquitos. A partir de las seis de la tarde nadie puede estar afuera de su casa porque los mosquitos se lo llevan empezó”.
En el sector existe un centro de salud, según nuestra informante, pero este no abastece para la cantidad de niños que presentan procesos febriles relacionados con el dengue y afecciones en la piel como granos o una intensa picazón provocada por el contacto con aguas putrefactas.
La basura es otro problema que los aqueja. En época de verano la recolección de desechos se realiza en volquetas por lo difícil del terreno, pero en invierno muchas calles quedan inhabilitadas, lo que provoca que se amontone la basura que finalmente es arrojada a los ramales del Estero Salado.
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