Foto: Gerardo Menoscal / Expreso |
Iniciativa de habitantes de Urdesa y la Kennedy
Independientes a iniciativas oficialistas, vecinos de barrios de la urbe unieron esfuerzo con el propósito de purificar las orillas de un brazo de mar.
Conciencia. El objetivo del evento es involucrar a las personas que viven cerca al estero en su cuidado y limpieza. Este ecosistema ha sufrido muchos daños en las últimas décadas
¿Qué lleva a un grupo de vecinos y desconocidos a agruparse y limpiar un sector del estero? En el caso de los habitantes de Urdesa y Kennedy Norte son dos las razones: ver su entorno limpio y cuidar la naturaleza.
No se trata de una jornada común. La mañana y tarde de ayer, decenas de voluntarios, entre moradores y estudiantes, recorrieron los casi 2 kilómetros de extensión del parque - malecón de la avenida José Castillo, en la ciudadela Kennedy Norte, realizando una minga de aseo ecológico.
La recolección fue organizada por el comité Pro Mejoras de Kennedy Norte en conjunto con sus similares de Urdesa. A esta iniciativa se sumaron organizaciones como Amigos del Estero Salado, el colegio Ecomundo, la Universidad de Especialidades Espíritu Santo (UEES), Puerto Limpio, la Policía Nacional y los infantes de Marina, todos trabajando para hacer de esta recolección un evento que marque un precedente.
“Hemos sumado esfuerzos con un objetivo en común: salvar la naturaleza”, dijo Mónica Solano, de la organización ecológica Amigos del Estero. “Nos agrada ver que logramos congregar a muchas personas interesadas en mejorar la situación del ecosistema”.
Pero, ¿por qué en este sector específico? A estos barrios tradicionales de la urbe huancavilca los caracteriza un rasgo muy particular: ambos son atravesadas por un brazo de mar, “un ecosistema que durante años sufrió el impacto de la humanidad”, explicó Fernando Cevallos, director de investigación y proyectos de la Universidad Ecotec.
Cevallos fue uno de los voluntarios que se armó de valor y entusiasmo para hacer frente a la contaminación del estero. Con una bolsa de basura y guantes industriales en las manos, el catedrático predicó con el ejemplo.
Sus alumnos no se quedaron rezagados y también aportaron a la hora de limpiar el lugar. “Yo vivo aquí a dos cuadras (de Kennedy Norte) y siempre había querido participar en algo como esto”, recalcó David Cabrera (20), voluntario que, con botas pantaneras, se adentró en lo más profundo del manglar a recoger botellas y plásticos incrustados en el negro fango del estero contaminado.
Como Cabrera había muchos jóvenes que brindaron su tiempo a esta causa. “Aprovechar la mañana de forma productiva”, manifestó Alejandra Andrade, estudiante del Ecomundo y vecina de Cabrera: ella vive en Urdesa Norte.
A la joven le interesa poder hacer algo por este ecosistema que lindera con su vivienda. “Cada cierto tiempo el estero emana ciertos olores que no solo molestan, sino que preocupan”, indicó la estudiante, quien en los últimos meses dedicó tiempo a hacer una investigación sobre el impacto de los seres humanos en el ambiente.
“Estamos conscientes de que lo que hagamos hoy no va a ser la solución”, dijo la activista Solano, “pero al menos es un punto de inicio para que, de aquí en adelante, las personas del sector tomen conciencia de lo que está sucediendo a su alrededor y formen parte activa en esto”.
Uno de los incentivos es, según Solano, que el trabajo no será en vano: los plásticos recogidos durante la mañana serán adquiridos por Fibranac (Fibras Nacionales), una empresa recicladora de polipropileno y encargada de volver a hacer utilizable lo que se recolecte a orillas del estero.
Una vez terminados los trabajos, y con esa grata sensación del deber cumplido, los voluntarios hicieron una pausa para disfrutar de un refrigerio y de un pequeño show artístico.
“Pero la recompensa no es esta (el show)”, aclaró Jordy García, vecino de la Kennedy y uno de los más entusiastas voluntarios, “sino la tranquilidad que tenemos en la conciencia de que hoy hicimos algo para mejorar la situación del estero”. (JDT)
No gusta saber que hay un número significativo de personas que busca, de una forma u otra, cambiar la situación del estero. Este es un primer paso para seguir adelante en la recuperación de este ecosistema”.
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