jueves, 24 de febrero de 2011

54 casas se mantienen en riesgo de caer al Salado


Redacción Guayaquil

Sentado sobre dos colchones, que fue lo poco que pudo rescatar de su casa hundida en el estero Salado. Edison Torres lamentaba el drama que vive. Un día después de la tragedia en Esmeraldas Chiquito, sector de Las Malvinas, las ayudas no llegaban para los damnificados.

“A las 4 de la tarde de ayer, al bajar la marea, pude meterme a la casa y sacar unas pocas ropas, dos colchones, un compresor. Todo el resto se perdió”, comentó Torres, quien se dedica a la confección de monigotes. El único molde que no se le dañó fue uno de la cara del alcalde Jaime Nebot.

Él, su hermano Cristian y sus cuñadas Margarita y Beatriz Elizalde, durmieron en los exteriores de la casa de un vecino. “Casi ni pudimos dormir pensando en lo que había pasado. Lo malo es que en toda la zona cortaron la luz y los policías se fueron ayer a las seis de la tarde”.

Antonio vera, otro de los 81 damnificados de las 15 casas afectadas, pidió posada donde una cuñada en Los Vergeles, norte de Guayaquil. Allá quedaron su esposa y pequeña niña de 4 años. “Hoy a las 06:30 me vine de nuevo a Las Malvinas porque hay que estar pendiente de los avivatos. Hay gente que no es de aquí y se había hecho anotar como afectados”.

Johnny Ayoví, cuya casa quedó totalmente hundida en el estero, se quejó de la falta de ayuda. “No tenemos agua ni comida. Nadie ha venido a ayudarnos pero no podemos dejar abandonado el sector”.

Por segundo día consecutivo, 14 profesionales del Equipo Básico de Salud (EBAS) del Área 3, Subcentro Guangala, brindaron atención médica y entregó medicinas a los afectados.

El galeno Carlos Mosquera dijo que ayer, en el primer día de la emergencia, se atendieron a 35 personas. Y que hoy, hasta las 11:00, recibieron asistencia médica otras 15. “Más allá de que esta es un área en la que trabajamos permanentemente, aquí nos quedaremos mientras dure la emergencia”.

En sus registros, de los 85 damnificados 11 son menores de 5 años,  uno es de la tercera edad (más de 65 años) y existen tres personas con discapacidades.

Si bien 15 son las casas más afectadas, 12 de las cuales cayeron al estero y 3 están parcialmente dañadas o a punto de colapsar, existen otras 54 viviendas en la misma manzana 15 de Esmeraldas Chiquito, a orillas del Salado, que se encuentran en potencial riesgo. Pero, sus habitantes se mantienen en el lugar.

Esta mañana, con el paso de una lancha, el oleaje formado remeció una casa que está a punto de colapsar totalmente. El movimiento del agua hizo que cayera una pared de caña provocando un fuerte ruido y algo de temor en quienes estaban en la orilla.

Hoy los afectados se organizaron para ir al Municipio de Guayaquil. Debían llevar sus documentos personales para establecer su presencia en los terrenos afectados ante una eventual reubicación.

Otro grupo esperaba de la llegada del gobernador del Guayas, Roberto Cuero, quien anticipó para el mediodía su visita a Esmeraldas Chiquito. Lo haría con representantes de los diversos organismos gubernamentales para canalizar ayudas.

A las 11:00 Edison Torres y el resto de afectados corrieron a formarse en una columna. Personal del Cuerpo de Bomberos de Guayaquil, al mando del jefe de brigada Luis Páez, llegaron con ayudas. Les entregaron fundas con ropa, zapatos y mochilas con útiles escolares. “Algo es algo pero lo que necesitamos ahora es comida y agua”, comentó Walter Jiménez al retirar los donativos.

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