miércoles, 23 de febrero de 2011

Ocho viviendas cayeron y otras 19 en peligro

FOTO: PILAR VERA / El Telégrafo
Los enseres y casas flotan en el estero del Muerto luego de que cedieran
ayer en la madrugada.
150 personas son afectadas por la caída de casas al estero. Luego de un censo una parte va a un albergue.

Ocho viviendas que estaban asentadas al borde del Estero del Muerto, en Esmeraldas Chiquita, colapsaron a las 04:30 de la mañana. Los moradores de la manzana B 15 mostraban preocupación     e  incertidumbre por la pérdida de sus casas y demás bienes, mientras observaban flotar en el estero  lo que quedó de sus hogares. En la zona la Policía prevenía que los curiosos se acercaran y corrieran algún riesgo.

“Este lunes nos informaron que habían grietas en estos terrenos, por lo que vinimos a realizar una evaluación. Los resultados  fueron: 31 familias que viven en el área de riesgo, de las cuales hoy cedieron ocho casas y otras ocho están en peligro. En total hablamos de un aproximado de 150 personas”, informó Maritza Anchundia, coordinadora de respuesta de la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos.

Anchundia agregó que el volumen de  perjudicados    está variando y que las familias damnificadas serán evacuadas al albergue El Buen Vivir. “Las personas que no quieran salir se verán en la obligación de firmar un documento en el cual se quedan bajo su responsabilidad”, aclaró.

Walter Solís, ministro de Vivienda, explicó que “este problema del sector ya estaba contemplado dentro de Guayaquil Ecológico, que consiste en la reubicación hasta el año 2013 de cinco mil familias establecidas en las riberas de los esteros. Serían trasladas al Plan Socio Vivienda, el cual ya se está ejecutando en su segunda etapa y contempla la construcción de 15.900 soluciones habitacionales. Todas estas familias ya estaban censadas para ser parte del Plan Socio Vivienda”, informó.

Datos
Según las fichas familiares, la doctora Rocío Ruiz, del área de salud número 3 del Ministerio de Salud, informó que hay 15 casas caídas, 5 cuarteadas, 2 discapacitados y un paciente en riesgo.

El albergue El Buen Vivir tiene una capacidad para unas 100 personas.

En caso de aumentar el número de damnificados, están disponibles cuatro albegues. Uno de ellos es la Casa Comunal.

La grieta que se presentó con anterioridad tenía una  profundidad de 20 centímetros.


Isidra Jordán  llevaba seis años viviendo al borde del estero.  A raíz de lo sucedido tuvo que hospedarse con su cuñada, donde guarda sus pertenencias.

“Ayer se veía que el piso de mi casa estaba partido. Cuando regresé de lavar les dije a mi hija y a mi nuera que recojan las cosas y las pongan al centro, pero no alcanzamos a sacar. En un rato se abrió la tierra y se fue todo”, contó.

Jordán, de 48 años, señaló que rellenaba su casa cada vez que la volqueta entraba a la zona. “Traía piedras que tirábamos para evitar que se cayera la vivienda”, explicó.

Isidra está consciente de que es necesario que sean reubicados para no pasar por la misma situación.

Lupe Gómez también se encuentra perjudicada ya que su casa se está cayendo. Su  prioridad fue sacar rápidamente a su hijo Carlos Luis, de 23 años, quien perdió una pierna por ostiomielitis y presenta  problemas de salud en la cara y en uno de los dedos de la mano.

“En el Hospital Guayaquil me informaron que tiene una infección y lo mandaron para la casa porque en ese centro médico no hay cama”, indicó.

Lupe tiene siete años viviendo en el sector y comentó que ha compactado su casa con anterioridad.  “Dos veces hemos luchado por rellenar. Utilizamos cascajo y basura, lo que implica un gasto porque pagamos para que una volqueta traiga los materiales”, añadió.

Margarita Elizalde lleva ocho años viviendo en Esmeraldas Chiquita. “A las cuatro de la mañana comenzó a partirse más la tierra y cuando me di cuenta se fue todo. En mi casa somos siete. Antes de que pasara algo más grave saqué a mis cuatro hijos para que estén a salvo”, contó. 

En cuanto a la logística, Anchundia explicó que el cuerpo de guardacostas va a facilitar dos buses y dos camiones para transportar a las siete familias que aceptaron ser evacuadas y para llevar los bienes que salvaron.

“El MIES está colaborando con el albergue y con las vituallas, agua, etc”, agregó.

Fuente: El telégrafo

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